martes, 3 de febrero de 2009

Comentarios luego del Foro de Davos.

Hace unos pocos días se realizó la tradicional reunión anual del Foro Económico Mundial, en donde la mayoría de las discusiones describieron los problemas pero no las soluciones. El Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, concluyó con un llamado a reconstruir el sistema económico global. El fundador del foro, Klaus Schwab, anunció "una iniciativa de rediseño global" para reformar la banca, la regulación financiera y el gobierno corporativo.
El tema oficial del foro este año había sido "Moldeando el mundo posterior a la crisis", pero la intención resultó prematura. En cambio, los debates demostraron la incertidumbre generalizada entre los políticos y los empresarios mientras trataban de calcular la profundidad de la crisis económica y explorar las formas de salir de ella.
Qué hacer? Nadie en Davos trató de refutar la predicción de que la economía global se enrumba a una recesión larga y profunda. La relevancia de economías emergentes, como la china, se vio reflejada en Davos. Un alto gerente indicó "si ustedes creen que la economía mundial mejorará a finales de este año o en (el primer cuarto) de 2010 les digo que no lo hará; que no hemos mejorado, que no podemos ver una mejoría; que ni siquiera sabemos cómo alcanzar esa mejoría".
Otro participante resumió la discusión en estas palabras: "No sabemos qué hacer. Lo único que sabemos es que necesitamos hacer algo y rápido".
Una vez que han desaparecidos las antiguas certezas sobre el libre mercado, incluso sus mayores defensores aceptaron la necesidad de una mayor e inmediata regulación. Un experto profesor universitario dijo que la situación actual es un ejemplo perfecto en el cual los bancos podrían liderar y crear un sistema de autorregulación, y no esperar porque el gobierno lo haga. Puede que sea muy tarde para ello, pese a que políticos como la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Gordon Brown, pidieron crear un sistema global de regulación que proteja el sistema financiero.
Revisando el capitalismo.
El arzobispo sudafricano Desmond Tutu declaró: "Rendimos culto en el templo de la competencia degolladora y algunos falsificaron los registros porque el tesoro es enorme". El capitalismo es el peor sistema con excepción de todos los sistemas políticos que ya han sido probados. Nouriel Roubini, economista Tutu añadió: "Gastamos miles de millones en los bancos (...) aun sabiendo que una fracción de ese dinero podría salvar a todos los niños del mundo". No todos aquellos a quienes iba dirigido este mensaje estuvieron presentes en Davos. La mayoría de los jefes de los bancos de Wall Street cancelaron su viaje a Suiza y permanecieron en sus oficinas.
Entretanto, casi todo el mundo coincidió en que, aun cuando el capitalismo necesita ser "reparado", no está completamente "descompuesto". Nouriel Roubini, uno de los pocos economistas que vaticinó con exactitud la crisis hipotecaria, no fue el único que usó una variación de una cita del ex primer ministro británico Winston Churchill: "El capitalismo es el peor sistema con excepción de todos los sistemas políticos que ya han sido probados".
Balance de poder
La reunión anual de Davos es también un buen lugar para observar el panorama geopolítico. Aquí se ha podido observar al ascenso de economías emergentes como las de China y la India.
Davos concluyó sin hallar respuestas.
No es coincidencia que el discurso clave de la apertura haya sido reservado para los primeros ministros de China, Wen Jiabao y de Rusia, Vladimir Putin. Un número récord de jefes de Estado y gobierno vinieron a Davos, y muchos sostuvieron encuentros con sus pares y con líderes empresariales. En abril, el foco de la atención estará en la reunión del G-20 prevista para Londres, donde políticos y empresarios de economías emergentes y desarrolladas debatirán sobre la crisis.
Trampa de pobreza
Probablemente la mayor preocupación, aparte de rescatar la economía mundial "de la unidad de cuidados intensivos" en que se encuentra observar el panorama geopolítico. Crear barreras comerciales ahora -en lo que concordaron políticos, empresarios y activistas- tendría un efecto devastador en las economías industrializadas y mayormente entre las más pobres. Los organizadores de Davos intentaron asegurar que la atención no se desplazara a la crisis financiera dejando de lado el combate contra la pobreza, una tarea difícil.
Después de todo, la lista de problemas que las élites globales tuvieron que discutir fue larga. Pero no pasó inadvertido que millones de personas han resultado afectadas por esta crisis y están furiosas, muy furiosas.

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