jueves, 19 de marzo de 2009

Huelga en Francia.

Francia vive este jueves una nueva jornada de huelga y manifestaciones masivas contra la política económica del presidente Nicolas Sarkozy, en un creciente clima de descontento social que los sindicatos buscan canalizar. Más de un millón participó en la huelga de enero. Las protestas fueron convocadas por las ocho principales federaciones sindicales francesas, que el 29 de enero reunieron más de un millón de personas en la mayor manifestación contra Sarkozy hasta la fecha.
Con el desempleo en aumento y tres de cada cuatro franceses de acuerdo con esta huelga, según las encuestas, los sindicatos esperan ahora superar la protesta de enero y probar que el ritmo del gobierno en este país todavía puede marcarse desde las calles. "Esta gran jornada intersindical globaliza el conflicto social y le da una dimensión política importante", evaluó Pierre Bréchon, director del Instituto de Estudios Políticos de Grenoble.
Reivindicaciones
Los sindicatos organizaron manifestaciones en 213 puntos del país para reclamar a Sarkozy que detenga la supresión de empleos en el sector público, aumente el salario mínimo y anule los recortes de impuestos a personas de ingresos elevados. Esta unidad es un fenómeno relativamente nuevo, inédito en el panorama francés, donde hay una gran división sindical. Al comienzo de la jornada se registraron trastornos en servicios de transporte público, ferroviario y en el aeropuerto de París-Orly, pero a diferencia de otras ciudades el servicio de metro parisino operaba casi con normalidad.
Está previsto que a lo largo del día las protestas sean acompañadas por distintas ramas del sector privado, como las industrias automotriz y farmacéutica o la banca, y afecten a empresas de energía como Électricité de France y Total.
Desempleo y tensión
Pese a la presión sindical, Sarkozy ha advertido que piensa mantener el rumbo de su gobierno y continuar con las reformas planificadas. El presidente dijo el miércoles a sus ministros que entiende "las preocupaciones de los franceses" y pidió implementar rápido los beneficios sociales que anunció a los sindicatos en febrero por unos US$ 3.500 millones.
Sin embargo, los sindicatos consideran insuficientes esas medidas. La recesión en Francia ha llevado el desempleo a 8,3% (en enero se agregaron 90.200 personas a la lista) y la tensión social creció con anuncios recientes de despidos en grandes empresas como Total, Sony y Continental.
Sarkozy y las reformas
En sus primeros 20 meses de presidencia, Sarkozy pudo avanzar en algunas reformas como la flexibilización del régimen laboral de 35 horas semanales y un aumento de la edad de jubilación para trabajadores del sector público. Se registraron trastornos en el sistema de transporte público.Gobiernos anteriores habían fracasado en sus intentos de llevar a cabo reformas de este tipo, cediendo ante la presión de protestas callejeras organizadas por sindicatos y grupos de oposición.
Sin embargo, Sarkozy parece haber aprovechado hasta ahora las diferencias internas en el opositor Partido Socialista y en el movimiento sindical, con sectores más combativos y más moderados ante el gobierno.
Unidad sindical
Ahora los sindicatos parecen haberse unido ante la profundización de la crisis económica y la convicción de que el tradicional Estado benefactor francés debe hacer más para ayudar a los trabajadores. "Esta unidad es un fenómeno relativamente nuevo, inédito en el panorama francés, donde hay una gran división sindical", explicó Michel Husson, experto del Instituto francés de Investigaciones Económicas y Sociales, un centro de análisis creado por cinco grandes sindicatos.
Husson dijo que el objetivo de las protestas de este jueves "es obtener cambios en las reformas y algunos signos y manifestaciones de parte del gobierno de que acepta concesiones".

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