jueves, 30 de abril de 2009

Cuba pone sus condiciones.

El presidente cubano, Raúl Castro, afirmó este miércoles que Washington no debe esperar gestos de su país porque es Estados Unidos el que mantiene el bloqueo económico, prohíbe a los empresarios comerciar o persigue las transacciones financieras de la isla. "Cuba no ha impuesto sanción alguna contra los EE.UU. ni contra sus ciudadanos", afirmó el mandatario en la reunión de los Países No Alineados (NOAL) celebrada en La Habana y señaló que "por lo tanto no es Cuba la que tiene que hacer gestos".
Raúl Castro calificó de "positivas" pero "mínimas" las medidas adoptadas por Washington, como la liberalización de los viajes de los cubanoamericanos a la isla o el envío de remesas a sus familiares, algo que había sido fuertemente limitado por el ex presidente George W. Bush. "El bloqueo quedó intacto, no hay pretexto político ni moral que justifique la continuidad de esa política", explicó el presidente a los delegados de 120 países del NOAL reunidos desde el lunes en el Palacio de las Convenciones en La Habana.
No se negociará el sistema político
Raúl Castro precisó que su oferta de discutir todos los temas con Washington se mantiene, pero que eso no implica que se negociarán cambios políticos dentro de la isla, recalcando además la simetría e igualdad que debe existir en cualquier negociación. "Hemos reiterado que estamos dispuestos a hablar de todo con el Gobierno de EE.UU., en igualdad de condiciones, pero no a negociar soberanía ni nuestro sistema político y social, el derecho a la autodeterminación ni nuestros asuntos internos", dijo.
Estas precisiones responden de alguna manera a los rumores desatados en EE.UU. sobre divergencias entre Raúl y Fidel Castro. Rumores de los que se hizo eco la propia Secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton. El Comandante dijo que su hermano había sido malinterpretado y aclaró que no habría liberación unilateral de presos sino un canje en el que Cuba liberaría a los disidentes y EE.UU. a los cinco agentes cubanos prisioneros desde hace diez años.
Estableciendo las reglas
El "tira y afloja" entre Cuba y EE.UU. podría tener que ver con el inicio de contactos en Washington, entre el responsable para América Latina del Departamento de Estado, Thomas Shannon, y el jefe de la Sección de Intereses de La Habana en EE.UU., Jorge Bolaños. Raúl Castro no mencionó nada al respecto y el portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, rechazó dar detalles de la última reunión, aunque aceptó que se habló de las medidas tomadas por Washington sobre viajes y remesas y del tema de los derechos humanos en la isla.
Wood reiteró las palabras del Presidente Obama pidiendo un gesto de Cuba, en particular la liberación de presos políticos, algo que La Habana ya ha dicho que no ocurrirá de forma unilateral sino como producto de un canje. Todo parece indicar que las declaraciones de una y otra parte van dirigidas a establecer reglas de cara a una negociación que cada día parece más inevitable, sobre todo después que los dos presidentes se pronunciaron a favor de cambiar las relaciones bilaterales.
Los gestos
Barack Obama realizó antes de la Cumbre de las Américas de principios de abril el "gesto" de eliminar totalmente las restricciones que limitaban los viajes de los cubanoamericanos a la isla a uno cada tres años y limitaban el envío de remesas a US$100 por mes. La medida produjo gran revuelo en EE.UU. pero mucho menos en el exterior, los gobiernos del continente continuaron reclamando el fin total y unilateral del embargo económico que pesa sobre la isla desde hace ya medio siglo.
Gobiernos moderados como el de Brasil repitieron que lo hecho por el Presidente Obama no basta y que es EE.UU. quien debe seguir haciendo gestos de cara a la normalización de las relaciones con Cuba, lo mismo que acaba de plantear Raúl Castro. La correlación de fuerzas sobre el tema del embargo parece favorecer a Cuba. No solo tiene el consenso de la casi totalidad de los países del mundo sino que las últimas encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses están a favor de la normalización de las relaciones con La Habana.
El gobierno cubano sólo reconoce como "gestos" aquellos que tienen que ver con las relaciones bilaterales y mencionan la autorización de créditos para comprar alimentos, la apertura del turismo norteamericano a la isla o el cese de la persecución de las transacciones financieras de Cuba.

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