miércoles, 27 de agosto de 2008

Alimentos ecológicos.

Es indudable que la salud es la principal preocupación de todos los seres humanos y la alimentación es parte inseparable de una buena salud. La producción y venta de alimentos ecológicos, vienen a dar respuesta a los consumidores y a la cada vez mayor atención que se presta a la alimentación. La innecesaria ingestión de químicos, producto de las explotaciones agrícolas y ganaderas son nocivos para la salud y deteriora el medio ambiente. Se podría decir que los alimentos ecológicos, orgánicos o biológicos, son aquellos alimentos y bebidas producidos sin la utlización de productos químicos en todas las fases de su elaboración. Actualmente, los consumidores tienen la garantía de que los alimentos naturales que compran son realmente ecológicos y saludables si al comprar alimentos ecológicos estos están certificados por los organismos correspondientes.
Los alimentos ecológicos proporcionan además un aporte nutricional más completo que los convencionales y sus efectos en el organismo siempre serán positivos. Los alimentos ecológicos contienen entre un 40% y un 60% más de vitaminas y minerales que los productos convencionales y menos porcentaje de agua, por lo que aportan más resistencia ante las enfermedades. Se conservan mejor que los tradicionales y poseen un contenido en nutrientes muy superior al de los productos convencionales.
La parte negativa se encuentra en el precio de venta de los alimentos ecológicos que es más elevado que el de los convencionales, si bien esta diferencia se está reduciendo en los últimos años por el aumento de la demanda y ya son muchos los alimentos ecológicos que se pueden comprar, zumos, legumbres, frutas, carne, verduras, vinos, etc. Los consumidores bien informados aceptan este mayor precio de venta ya que realmente obtienen productos saludables de mucha mejor calidad. También es cierto que algunos productos, sobre todo vegetales, no tienen un aspecto tan bonito como los tradicionales pero a cambio si tienen un color mucho más puro. Los alimentos ecológicos hacen recuperar el verdadero aroma y sabor de las comidas y bebidas.
La producción de alimentos ecológicos requiere de una serie de técnicas para paliar el no uso de elementos químicos tanto en la producción agraria como ganadera. La rotación y asociación de cultivos con el fin de mantener la fertilidad de la tierra y buscando la simbiosis entre las plantas. La plantación de una cubierta vegetal que evite la erosión, no compita por nutrientes y aporte materia orgánica.
La plantación de setos o barreras vegetales alrededor de los cultivos, que atraigan y sean freno de insectos perjudiciales para las plantaciones y contribuyan a la biodiversidad. El uso de abonos orgánicos y la integración donde sea posible de la ganadería, de forma que esta coma las partes aéreas de la hierba de la cubierta vegetal, dejando las raíces, lo que beneficia a las plantaciones porque aportan al suelo un abono completamente ecológico de gran calidad que mejora la fertilidad de la tierra, contribuyen al establecimiento de un equilibrio medioambiental y hacen más fácil el manejo de la cubierta vegetal.
La venta de alimentos ecológicos y su consumo en España por ejemplo es aun muy bajo comparado con países como Dinamarca o Francia. El 90% de la producción ecológica en España se destina al abastecimiento de mercados en el exterior. El desconocimiento de los productos por una mala promoción, unos canales de distribución que no hacen llegar estos productos hasta el consumidor y unos precios de venta más altos, ponen freno a esta industria.
Como aspectos positivos se puede observar el aumento de la producción agrícola y ganadera de origen ecológica, gracias a la alta demanda de los mercados del exterior. Este incremento ha llevado a crearse asociaciones regionales de productores de alimentos ecológicos como EPEA, APECPAE, ARPA-ECO o AEN, con el objetivo dar apoyo y promover el consumo de productos ecológicos.
Las Etiquetas Ecológicas en los Alimentos Bio, así como otras definiciones.
Ha existido por mucho tiempo una confusión muy grande entre los consumidores para reconocer los alimentos ecológicos. Esto se ha debido al aprovechamiento comercial indiscriminado de términos como biológico o bio. Tal motivo ha generado, que productos que no cumplían las normativas comunitarias y sin pasar los pertinentes controles de calidad que los certifiquen como alimentos bio o alimentos ecológicos, se hallan estado vendiendo como si entraran dentro de la clasificación de alimentos ecológicos se trataran.
Desde el 14 de Julio del 2005 una nueva normativa europea recoge para todo el espacio europeo, que el término "bio" y "biológico" queda fijado exclusivamente para la clasificación de alimentos que cumplan con la normativa sobre alimentos ecológicos, lo cual viene a sumarse a los ya términos protegidos de "eco", "ecológico", "org" y "orgánico".
Las comunidades autónomas son las que tienen las competencias de control sobre producción y certificación ecológica, todas pertenecientes al comité de agricultura ecológica, CAE. Estos organismos controlan igualmente las transacciones comerciales de compra y venta de productos ecológicos.La etiqueta ecológica que llevan fijados los alimentos ecológicos garantizan que estos productos son realmente ecológicos y que han pasado los controles de calidad pertinentes de la unión europea, por lo que están dentro de esta clasificación de alimentos. Además de este, existe un segundo logotipo que es diferente según cada comunidad autónoma con el anagrama específico del organismo que ha dado el visto bueno y en el que se puede leer "Agricultura Ecológica".
Lo primero antes de plantearse poner en marcha un huerto ecológico es la planificación. Debemos saber qué tipo de cultivos ecológicos queremos, donde se pueden ubicar y cual será el fin que perseguimos con nuestro huerto ecológico. Por ejemplo, no es lo mismo disponer de tierra para el cultivo del tomate con el fin de vender la producción de estas hortalizas en un mercado, que tener un cultivo de tomates para el autoconsumo.
Hoy en día no existen grandes problemas de abastecimiento de agua, sobre todo utilizando métodos en los que se consume poca agua como con el riego por goteo, además de poder construir sitios donde poder embalsar agua que pueden servir para el desarrollo de otras actividades como el cultivo de peces o piscicultura, aportando un valor añadido al huerto ecológico donde se podría poner en marcha el cultivo de tilapia, carpa y otros peces.
De esta forma se puede plantear convertir zonas de secano en regadío para desarrollar cultivos ecológicos a gran escala o en un pequeño huerto ecológico para uso particular. Pero el huerto ecológico debe tener en cuenta la sostenibilidad, así que deberemos adaptar los cultivos al clima y al suelo del que dispongamos. Lo más correcto es plantar variedades bien adaptadas a la zona y tipo de tierra que tengamos así como desarrollar una adecuada rotación de cultivos.
Para mantener la actividad biológica del suelo deberemos cultivar fríjoles, guisantes, habas u otras leguminosas según programas plurianuales y usar abonos ecológicos procedentes de explotaciones que también sean de carácter ecológico. Si aún así no bastase, existen fertilizantes debidamente permitidos para la agricultura ecológica.
Para combatir las plagas en el huerto ecológico, se deberán seleccionar correctamente variedades resistentes, plantarlas de manera rotacional y de manera intercalada. Establecer una zona barrera con arbustos que separe nuestro huerto ecológico del exterior. Sólo en caso de una plaga demasiado incontrolable se podrán utilizar fitosanitarios y siempre deberán haber sido debidamente aprobados.
Las semillas que se escojan deberán ser siempre procedentes de plantas de cultivos ecológicos. Es totalmente incompatible el uso de variedades genéticamente modificadas o semillas transgénicas con la agricultura ecológica. Asimismo, hasta pasado un periodo de dos años desde que se pone en marcha un suelo mediante cultivos ecológicos, no se podrá considerar un huerto ecológico.
Por último deberá hacerse una planificación integral que intente consumir el mínimo en recursos exteriores y aprovechar al máximo los propios. Por ejemplo, es conveniente tener una zona de compostage que aproveche nuestro material de deshecho para producir abono ecológico de calidad que vuelva a alimentar nuestra tierra. Respeto al medio, planificación integral y cumplimiento de las normas son los tres ejes sobre los que debemos basar nuestro huerto ecológico.
En los últimos años los cultivos ecológicos han crecido de manera espectacular en los países de la Unión Europea. Sobre todo en España, Francia y el Reino Unido, que han sido los países que más hectáreas nuevas han dedicado a la producción de cultivos ecológicos. Que la Unión Europea tenga unos productores activos es lógico, ya que es el mercado de alimentos y bebidas ecológicas mayor del mundo, aunque en los últimos años el norte de América va tras ellos. Se estima que las ventas en la Unión Europea de alimentos ecológicos están sobre los 12 billones de euros anuales.
Que en la Unión Europea existan grandes extensiones de cultivos ecológicos, no significa que todos los estados miembros se comporten igual. Mientras Alemania es una gran consumidora y productora, existen países como España, que poseen más hectáreas de cultivos ecológicos pero consumen menos. Todos los excedentes de los cultivos ecológicos la UE y productos de más valor añadido, van encaminados a la exportación hacia países con mercados afines e interés por ciertos alimentos ecológicos europeos.
Los principales cultivos ecológicos destinados a la venta internacional son frutas y verduras frescas y procesadas, nueces, café, té, cacao, hierbas y especias, oleaginosas y sus derivados, edulcorantes, granos, leguminosas secas, alimentos procesados y otros no destinados al consumo humano, tales como concentrados para animales, semillas, algodón, flores cortadas y plantas.
La fuerza impulsora de la puesta en marcha de explotaciones de cultivos ecológicos, ha sido la demanda de los consumidores, principalmente europeos y estadounidenses, en búsqueda de una alimentación más sana, natural y respetuosa con el medio ambiente. El principal freno que está habiendo es el abuso y sobreprecio que algunos comerciantes ponen a los alimentos procedentes de cultivos ecológicos junto con la gran confusión que están generando la gran cantidad de organizaciones inspectoras y las diferentes denominaciones que en cada país recibe el término “ecológico” (bio, biológico, orgánico, etc.).
Poco a poco estas barreras desaparecen a medida que la gente aprende y reconoce los alimentos ecológicos y en gran medida gracias a la labor de la FAO y la IFOAM (International Federation of Organic Agricultura Movements) junto con la labor culturizante que los medios de comunicación están realizando.
Los embalajes en los que se presentan y comercializan los alimentos ecológicos, no siempre están fabricados con productos ecológicos.
Las certificaciones a los productos ecológicos tendrían que ser completas de forma que si los alimentos que se envasan cumplen con todas las normativas y certificaciones, los embalajes debería ser igualmente controlados y certificados ya que se trata de componentes, materiales y productos en contacto directo con los alimentos.
Los envases ecológicos, son una forma de transportar y llevar en condiciones óptimas los alimentos ecológicos hasta el consumidor final, no rompiendo así la cadena de la imagen ecológica.
Actualmente la mayoría de los envases, embalajes, film, bandejas y bolsas en que se presentan los productos ecológicos envasados, poseen componentes que son una problemática muy grande para el medio ambiente.
Los fabricantes de envases ecológicos, comercializan gran cantidad de opciones y formatos de embalajes como los fabricados con celulosa recuperada de la caña de azúcar, como el film para alimentación, bolsas y bandejas hechas con la recuperación de las plumas avícolas. Además, los envases ecológicos se imprimen si se necesita con tintas comestibles recuperadas de las cáscaras y pieles de fruta.
Distribuidores de envases ecológicos como ELBET comercializan en España las nuevas tecnologías de Activa System, desarrolladas y producidas con los acuerdos de investigación de más de 25 Universidades de Europa. Esta tecnología en la fabricación de envases ecológicos, ayuda a recuperar los desechos o subproductos.
Bandejas fabricadas con residuos vegetales de caña de azúcar. Film bio, fabricado partiendo de la scleroproteina de las plumas con almidones, que también puede ser impregnado sobre papel. Y tintas con los componentes naturales del subproducto de las frutas, son envases ecológicos que logran llevar hasta el consumidor los productos y alimentos 100% ecológicos.

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