
América Latina “aplaudió” el miércoles la victoria de Barack Obama con la esperanza de que el presidente electo de Estados Unidos considerará a la región una aliada y la ayudará en su desarrollo, dejando atrás los años de “olvido” de la era Bush.
Líderes latinoamericanos, muchos de ellos al frente de gobiernos de izquierda enfrentados con la administración de Bush, dijeron que esperan el inicio de una nueva etapa con Obama en la Casa Blanca, con cambios radicales en políticas de migración, diplomacia y comercio. La región, con algunas excepciones, se ha considerado a veces marginada y otras afrentada por la menguante administración republicana, concentrada en la guerra de Irak y la lucha contra el terrorismo y durante la que colapsó una iniciativa de libre comercio continental que muchos países consideraban riesgosa.
Los llamados a mejorar o a profundizar las relaciones con el nuevo Gobierno que encabezará Obama se repitieron desde aliados de la Casa Blanca, como Colombia, hasta países actualmente enemistados como Venezuela. El presidente de la nación petrolera, Hugo Chávez, habitual crítico de Bush, a quien incluso ha insultado repetidas veces, consideró que las transformaciones políticas ocurridas en América del Sur en los últimos años parecen extenderse a Estados Unidos.
"La elección histórica de un afrodescendiente a la cabeza de la nación más poderosa del mundo es el síntoma de que el cambio de época que se ha gestado desde el Sur de la América podría estar tocando a las puertas de los Estados Unidos", dijo Chávez, quien recientemente expulsó al embajador de Washington en Caracas.
Durante su campaña, Obama señaló que buscaría el compromiso del mandatario venezolano para entablar una relación "respetuosa" y reducir el sentimiento anti-estadounidense que el mandatario ha infundido en Latinoamérica. Por otro lado a Obama le interesa mantener a Venezuela como su principal proveedor de petróleo. En tanto, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, anunció que buscará apoyo de republicanos y demócratas para la lucha que lleva a cabo en su país contra el narcotráfico y el terrorismo, y también para aprobar un demorado TLC, que enfrenta la oposición del partido de Obama.
Por ahora el principal foco de interés del presidente electo será el respaldo a la continuidad de los programas financiados por Estados Unidos para luchar contra el narcotráfico y la guerrilla. Además respalda el derecho de Colombia a atacar a los rebeldes que buscan refugio fuera de sus fronteras, como ocurrió en marzo en una operación contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), realizada en Ecuador.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, comparó su origen con el de Obama, al que pidió dejar sin efecto el embargo comercial de décadas que Estados Unidos mantiene sobre Cuba. Morales expulsó de Bolivia al embajador estadounidense y también suspendió las actividades en Bolivia de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA).
“Obama es un señor que viene de los sectores discriminados y esclavizados (...), mi gran deseo es que el señor Obama pueda levantar el bloqueo a Cuba, retirar las tropas de algunos países y también seguro que van a mejorar las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos", dijo Morales. Una petición similar realizó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. "No hay ninguna explicación más para continuar el bloqueo", resaltó.
Brasil, que ha cultivado buenas relaciones con Bush, resaltó "el hecho extraordinario" de la elección del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, y dijo que esperaba "una relación más fuerte" de ese país con América Latina. "Yo espero que tenga una política más volcada para el desarrollo productivo en América Latina", expresó Lula, quien destacó que la democracia está consolidada en la región y que era necesario construir ahora "un continente de desarrollo".
El presidente de México, Felipe Calderón, felicitó a Obama y lo invitó a visitar el país, instando a abrir una etapa de diálogo y confianza. México y Estados Unidos comparten una extensa frontera de 3.200 kilómetros y son socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque también han tenido choques por temas como el narcotráfico y la inmigración ilegal de mexicanos a su vecino del norte.
Esperanza en Cuba. La promesa de cambio del presidente electo estadounidense llegó hasta Cuba, donde muchos esperan que su victoria mejore las relaciones entre ambos países y también la vida en la isla de Gobierno comunista. Las promesas de Obama, durante la campaña, de aliviar el embargo comercial que Estados Unidos aplica desde hace más de 46 años contra Cuba y su disposición a dialogar con el Gobierno de Raúl Castro representan un cambio abrupto con la política de línea dura de Bush en relación a La Habana. Bush endureció la política hacia Cuba limitando el envío de remesas y los viajes de los cubano-estadounidenses a la isla para visitar a sus familiares. El ex presidente cubano Fidel Castro ha elogiado a Obama, al que describió como "más inteligente, culto y ecuánime" que su derrotado rival republicano John McCain.
El Cono Sur también felicita. "Desde este país tan al sur de las Américas desearle nuestros deseos de éxito en su gestión. Yo sé que sus principales preocupaciones son la justicia social, la igualdad de oportunidades. Lo que él ha resumido en los lemas de cambio y esperanza son ciertamente los mismos principios que nos inspiran en Chile", dijo por su lado la presidenta Michelle Bachelet. Su colega argentina, Cristina Fernández, envió un mensaje a Obama en el que instó a "acciones conjuntas" para enfrentar la crisis económica global.
“Esperamos poder recibir del nuevo Gobierno de Estados Unidos un tratamiento igualitario y equitativo”, manifestó en tanto el jefe de Estado de Uruguay, Tabaré Vázquez. Por último, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo que espera del Gobierno de Obama "que haya disposición a resolver problemas muy concretos: el tema migratrorio, el tema energético, de cooperación económica y técnica”.
Líderes latinoamericanos, muchos de ellos al frente de gobiernos de izquierda enfrentados con la administración de Bush, dijeron que esperan el inicio de una nueva etapa con Obama en la Casa Blanca, con cambios radicales en políticas de migración, diplomacia y comercio. La región, con algunas excepciones, se ha considerado a veces marginada y otras afrentada por la menguante administración republicana, concentrada en la guerra de Irak y la lucha contra el terrorismo y durante la que colapsó una iniciativa de libre comercio continental que muchos países consideraban riesgosa.
Los llamados a mejorar o a profundizar las relaciones con el nuevo Gobierno que encabezará Obama se repitieron desde aliados de la Casa Blanca, como Colombia, hasta países actualmente enemistados como Venezuela. El presidente de la nación petrolera, Hugo Chávez, habitual crítico de Bush, a quien incluso ha insultado repetidas veces, consideró que las transformaciones políticas ocurridas en América del Sur en los últimos años parecen extenderse a Estados Unidos.
"La elección histórica de un afrodescendiente a la cabeza de la nación más poderosa del mundo es el síntoma de que el cambio de época que se ha gestado desde el Sur de la América podría estar tocando a las puertas de los Estados Unidos", dijo Chávez, quien recientemente expulsó al embajador de Washington en Caracas.
Durante su campaña, Obama señaló que buscaría el compromiso del mandatario venezolano para entablar una relación "respetuosa" y reducir el sentimiento anti-estadounidense que el mandatario ha infundido en Latinoamérica. Por otro lado a Obama le interesa mantener a Venezuela como su principal proveedor de petróleo. En tanto, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, anunció que buscará apoyo de republicanos y demócratas para la lucha que lleva a cabo en su país contra el narcotráfico y el terrorismo, y también para aprobar un demorado TLC, que enfrenta la oposición del partido de Obama.
Por ahora el principal foco de interés del presidente electo será el respaldo a la continuidad de los programas financiados por Estados Unidos para luchar contra el narcotráfico y la guerrilla. Además respalda el derecho de Colombia a atacar a los rebeldes que buscan refugio fuera de sus fronteras, como ocurrió en marzo en una operación contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), realizada en Ecuador.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, comparó su origen con el de Obama, al que pidió dejar sin efecto el embargo comercial de décadas que Estados Unidos mantiene sobre Cuba. Morales expulsó de Bolivia al embajador estadounidense y también suspendió las actividades en Bolivia de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA).
“Obama es un señor que viene de los sectores discriminados y esclavizados (...), mi gran deseo es que el señor Obama pueda levantar el bloqueo a Cuba, retirar las tropas de algunos países y también seguro que van a mejorar las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos", dijo Morales. Una petición similar realizó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. "No hay ninguna explicación más para continuar el bloqueo", resaltó.
Brasil, que ha cultivado buenas relaciones con Bush, resaltó "el hecho extraordinario" de la elección del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, y dijo que esperaba "una relación más fuerte" de ese país con América Latina. "Yo espero que tenga una política más volcada para el desarrollo productivo en América Latina", expresó Lula, quien destacó que la democracia está consolidada en la región y que era necesario construir ahora "un continente de desarrollo".
El presidente de México, Felipe Calderón, felicitó a Obama y lo invitó a visitar el país, instando a abrir una etapa de diálogo y confianza. México y Estados Unidos comparten una extensa frontera de 3.200 kilómetros y son socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque también han tenido choques por temas como el narcotráfico y la inmigración ilegal de mexicanos a su vecino del norte.
Esperanza en Cuba. La promesa de cambio del presidente electo estadounidense llegó hasta Cuba, donde muchos esperan que su victoria mejore las relaciones entre ambos países y también la vida en la isla de Gobierno comunista. Las promesas de Obama, durante la campaña, de aliviar el embargo comercial que Estados Unidos aplica desde hace más de 46 años contra Cuba y su disposición a dialogar con el Gobierno de Raúl Castro representan un cambio abrupto con la política de línea dura de Bush en relación a La Habana. Bush endureció la política hacia Cuba limitando el envío de remesas y los viajes de los cubano-estadounidenses a la isla para visitar a sus familiares. El ex presidente cubano Fidel Castro ha elogiado a Obama, al que describió como "más inteligente, culto y ecuánime" que su derrotado rival republicano John McCain.
El Cono Sur también felicita. "Desde este país tan al sur de las Américas desearle nuestros deseos de éxito en su gestión. Yo sé que sus principales preocupaciones son la justicia social, la igualdad de oportunidades. Lo que él ha resumido en los lemas de cambio y esperanza son ciertamente los mismos principios que nos inspiran en Chile", dijo por su lado la presidenta Michelle Bachelet. Su colega argentina, Cristina Fernández, envió un mensaje a Obama en el que instó a "acciones conjuntas" para enfrentar la crisis económica global.
“Esperamos poder recibir del nuevo Gobierno de Estados Unidos un tratamiento igualitario y equitativo”, manifestó en tanto el jefe de Estado de Uruguay, Tabaré Vázquez. Por último, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo que espera del Gobierno de Obama "que haya disposición a resolver problemas muy concretos: el tema migratrorio, el tema energético, de cooperación económica y técnica”.
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