jueves, 13 de agosto de 2009

Zelaya espera más apoyo.

El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y el mandatario depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, pidieron a Estados Unidos una actitud "más enérgica" para evitar que el gobierno interino hondureño siga en el poder. En una reunión en Brasilia, Zelaya afirmó que la única forma de restablecer la paz y el orden democrático en su país es su retorno a la Presidencia, lo que, según vaticinó, ocurrirá "más temprano que tarde".
"Honduras está viviendo una dictadura y EE.UU. tiene que ser más firme para revertir este proceso de golpe de Estado", declaró el mandatario depuesto tras una conversación de dos horas con Lula.
Los dos líderes políticos se reunieron para analizar la situación de Honduras, a 44 días del golpe de Estado en el que Roberto Micheletti, hasta entonces titular del Poder Legislativo, se hizo cargo del poder. Tras la intervención militar, Zelaya se vio obligado a abandonar el país. El mandatario derrocado realiza por estos días una gira regional en busca de apoyo de los presidentes latinoamericanos para que EE.UU. adopte medidas más contundentes contra el actual gobierno hondureño.
Zelaya dijo estar "convencido de que el presidente (Barack) Obama no se va a jugar su prestigio" y recalcó que el mandatario estadounidense, que antes patrocinó la condena de la Organización de Estados Americanos (OEA) al golpe hondureño, no actúa "con doble moral".
Penas económicas
Zelaya reclama, ante todo, sanciones comerciales contra su país. Una medida que podría tener repercusiones inmediatas, ya que el 70% de la economía hondureña está ligada a la estadounidense. El mandatario depuesto señaló que espera que las medidas económicas y la vía diplomática sean suficientes para garantizar su retorno, ya que no le gustaría usar "otros medios".
El gobierno brasileño apoyó el pedido de "sofocación comercial" y, según pudo saberse, el mismo Lula se comprometió durante la reunión a conversar con Barack Obama para insistir con el pedido.
"Es preciso que los golpistas entiendan que no tienen futuro y quien les puede decir eso con todas las letras es EE.UU., que tiene una influencia directa", declaró el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim.
Desde el Palacio de Planalto, sede de la Cancillería brasileña, se manifestó preocupación ante las demoras en la solución del conflicto. "A medida que el tiempo pasa, la capacidad de que la vuelta del presidente Zelaya legitime las elecciones se va debilitando y eso es malo para la democracia", consideró el canciller.
Elecciones en noviembre
Zelaya, sin embargo, aseguró que si logra regresar al poder "pacíficamente", el proceso electoral, previsto para noviembre, se cumpliría sin condiciones, y sin intento de reelección de su figura, que no está contemplada por la constitución del país.
En ese sentido, el hondureño recibió el respaldo de Lula para proponer a la OEA una norma de desconocimiento de "las elecciones que surjan de un estado ilegal", como ocurriría si los próximos comicios son convocados por Michelleti.
Según sus allegados, Zelaya recibió una invitación de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, para una visita formal, aunque ésta todavía no tiene fecha. Por el momento, el depuesto presidente hondureño viajará a Santiago de Chile, para reunirse el jueves con la mandataria Michelle Bachelet.

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