Desarrollar este tema me ha tomado más de unos minutos en mi mente por el hecho que a veces la libertad es lo más buscado por todos pero además de tenerla hay que buscar acompañarla con un poco de sensatez y prudencia, por lo que espero tener esos dos elementos al momento de comparti con ustedes las siguientes experiencias.
Hace algunos días tuve la oportunidad de conocer un hospital de la red nacional que se ubica en la zona norte de la capital, el motivo de mi visita era para conocer el estado de salud de una persona muy cercana, podría decir que es parte de la familia, que tenía que someterse a unos examenes, el punto es que no tenía muy claro como llegar pues no conozco la zona pero como dice el dicho "preguntando se llega a Roma" y efectivamente así fue, solo que durante el trayecto sucedieron algunas curiosidades como "meterme" en todos los baches que existen en la ruta al hospital y "pasarme" los "túmulos" que son ubicados para reducir la velocidad de los autos.
Me imagino que podrán pensar que cual es lo raro de lo que me pasó y les comento que el causal de cumplir el 100% de pasar por todos los baches es que la ruta que conduce al hospital está medianamente iluminada lo que dificulta la visibilidad de noche y es más complicado si está lloviendo y a eso le sumamos desconocer la ruta, resultado: pasar por todos los baches y saltar en todos los túmulos que de por sí no están pintados con amarillo ni señalizados.
Una vez superados esos inconvenientes y luego de encontrar parqueo para el vehículo porque obviamente no dejan ingresar al hospital, pasamos a la siguiente face de esta historia y no es más que pasar los "controles" de seguridad que son ejecutados por guardias privados ubicados en el acceso peatonal del hostipal en donde si no se es acompañado de una "tarjeta" de ingreso no dejan que ni el "PAPA" pueda entrar, tal es así que los agentes hacen uso de su poca educación y de su mucha autoridad por estar armados para maltratar a las personas que nos preocupamos por saber de la salud de nuestros familiares, pero ellos se sienten importantes por esos minutos de poder y hacen sentir a las personas como que ellos son dioses que deciden quien entra o quien sale, obviamente si es alguna mujer sobre la cual ellos tengan algún interés de causar buena impresión no dejan de sonreir mostrando sus "coronas" en sus dientes delanteros y dejando que entren y salgan cuantas veces así lo deseen.
Apelar a la educación o el principio de solidaridad es muy poco efectivo pues recuerdo que le solicite amablemente al encargado de los guardias que dejara que pudiera ingresar a lo cual se nego tomando una posición poco agradable y hasta cierto punto despectiva, lo cual me hizo reflexionar que era imposible obtener algo de lo cual seguramente ese señor desconocía...amabilidad.
No voy a continuar contandoles en que terminó mi visita pues al final no pude ingresar al hospital, pero sí quiero llamar la atención del hecho que portar un arma o sentir un "mínimo de autoridad" puede cambiar a las personas sin importar la necesidad o urgencia que pueda tener una persona, es triste ver como todos en este país hemos cambiado y el respeto o colaboración para con los demás es algo que hemos dejado de lado, solo espero que este tipo de guardias de seguridad aprendan y entiendan que cuando uno se acerca a un hospital es porque quiere saber de sus seres queridos y no se trata de querer entrar a una discoteca en donde es más que compresible que debe haber un mayor control, pero en el caso de la salud que es un derecho universal al que tenemos que accesar, lo mínimo que se les pediría a las autoridades de estos hospitales es que sensibilicen a los guardias y que les den varias charlas de trato amable al usuario o visitante.
Para cerrar esta historia les comento que el pásado sábado me conducía a mi casa, ya eran quizas un poco más de las 9:30 pm y como tal el tráfico estaba muy relajado pues obviamente la cantidad de autos en las calles es menor. En mi caso me desplazaba por una de las avenidas que cruzan San Salvador de norte a sur, pasando frente a metrocentro, el estadio magico gonzalez, hasta llegar al monumento al hermano lejano.
Todo el trayecto se desarrollaba con normalidad hasta allí por la zona entre el hospital bloom y el ministerio de hacienda, por la zona de las tres torres, en donde un pick up de la Policia Nacional Civil hizo su aparición, incluso llamo mi atención por el hecho que venía con una velocidad considerable y pense que era alguna emergencia y por eso su rapidez, pero lo raro es que únicamente venían en él dos personas, el conductor y alguien más, no puedo asegurar si eran hombres o mujeres pues no pude verlos con claridad, pero el otro elemento es que no tenían encendida las luces ni la sireña que indica que necesitan "vía libre", tampoco trasladaban a nigun delincuente.
No es primera ocasión que veo un carro de la PNC que se desplace a alta velocidad sin ninguna urgencia que ir a atender pues pareciera que contar con un vehículo de la PNC lo que brinda es "poder" o "autoridad" para desplazarse a alta velocidad por las calles y avenidas de San Salvador que en muchos casos ya no son suficientes ni aduadas para permitir una circulación fluida lo que lleva a que policias se abran paso utilizando la sirena o irrespetando señales de tránsito que tambien la PNC está obligada a cumplir a menos que una situación de emergencia.
Conforme cambió el semaforo de color rojo a verde, el vehículo de la PNC que me había alcanzado en el semaforo acelero a fondo dejando una cortina de humo más negro que la noche y con claros indicios que llevaba mucha prisa aunque injustificada pues no recuerdo haber leído en las noticias de ningún percanse que ameritara eso, tampoco puedo pensar que lo esperaban en su casa con cena servida pues la PNC tiene sus propios horarios de alimentación y a las 9:30 pm ya había pasado la hora de cena.
Continue con mi recorrido y en el siguiente semaforo volví a encontrarme con el pick up de la PNC que había detenido su "carrera" por otro semaforo, el punto es que nuevamente salió "volado" es decir acelerando a fondo....lastimosamente volví a encontrarmelo en el siguiente semáforo lo cual creo que no era del agrado del conductor del pick up, que entre semáforo y semáforo hacía uso de los carriles pasandose del izquierdo al derecho o al del centro en repetidas ocasiones a fin de lograr superar de forma temeraria al resto de vehículos que nos desplazabamos sobre la avenida.
Una vez superado ese nuevo semáforo se reducía la presencia de semáforos pues desde el que se encuentra en metrocentro hasta el hermano lejano es una arteria que esta libre y permite desplazarse tranquilamente a menos que algun vehículo vaya más lento que los demas, pero a esas horas de la noche era algo imposible de encontrar, desafortunadamente para mi siempre me desplace muy cerca del pick up y me llamaba la atención su velocidad y su incorporación de uno a otro carril, ahorita podrán estar pensando que yo me desplazaba a alta velocidad por el hecho de que describo con mucha insistencia la velocidad del pick up, pero lo que me permitia poder ver el desempeño del pick up de la PNC era que coincidiamos en los semáforos o que por no lograr sobrepasar a otros autos el pick up se retrasaba un poco y lo alcanzaba nuevamente.
Cuando llegamos a la altura del estadio magico gonzalez pensé que el pick up se desviaría para ingresar a las instalaciones del 911 pues allí están las oficinas centrales y creí que esa era la urgencia, mi sorpresa fue que no cruzó y por el contrario hizo un movimiento bastante temerario hacia el carril central sobre el cual me desplazaba y que de verdad si no presiono bastante fuerte el freno del vehículo seguramente me hubiese golpeado en la parte delantera lo cual obviamente la PNC hubiese dicho que era mi culpa pues a la autoridad no se le puede ganar en ese tipo de situaciones.
Me sorprendio tanto el gesto hecho por el conductor del pick up de la PNC que me hizo pensar en la actitud de los guardias de seguridad del hospital y me lleva a la conclusión que nuestras autoridades policiales necesitan urgentemente mayor formación en valores como servicio, respeto por las leyes y sus ciudadanos, pero sobre todo prudencia en su accionar. No voy a mentirles, me puse también a pensar en lo que pudo pasar si me hubiese golpeado el vehículo, posiblemente nada pero me molesto mucho recibir ese comportamiento de parte de la autoridad, si ellos que son llamados a dar el ejemplo no lo hacen que deberíamos esperar de aquellos que son irrespetusos de la ley.
El vehículo de la PNC es de San Salvador pues entiendo que los número que les asignan responden a los departamentos en donde están designados y el pick up tenía la siguiente numeración 1-2337 lo cual obviamente no es dificil de ubicar, no porque espere que le llamen la atención al conductor del pick up sino para que cuando lo vean decidan reducir la velocidad y dejarle pasar a fin de evitarse algun problema.
Una vez el pick up me sobrepaso tan cortezmente le perdí la pista quedando únicamente una estela de luz tenue de color rojo por sus stops.
Ahora me imagino que comprenden el porque del nombre de mi artículo, lleva algo de poder, de salud pero lo que más necesita es una fuerte dosis de cambio de actitud de todos aquellos que tienen poder porque portan un arma, lo que les obliga a ser más amables y corteces para legitimar su autoridad no por estar armados sino por representar la justicia en su sentido más amplio.
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