martes, 27 de octubre de 2009

Se pueden ir las inversiones si no mejora la seguridad en El Salvador

Quizas el título de esta nota es un poco fuerte y algunos pueden decir que es "amarillista" pero la verdad es que la posibilidad de que una retirada de algunas empresas extranjeras instaladas en el país es 50% y 50% pues así como pueden tratar de pasar la tormenta, también pueden buscar nuevos destinos en donde no solo les ofrecen incentivos fiscales sino que encuentran un ambiente de seguridad más cercano a lo deseado para operar.
Hace algunos años se inició una batalla legal entre una cadena de hamburguesas que funcionaba en El Salvador bajo la representación de un empresario local el cual utilizando los criterios que pedía dicha compañía él mantuvo la presencia y amplio su cobertura a pesar de la guerra de los años ochenta, sin embargo, luego de finalizada la guerra la empresa utilizo varios argumentos para quitarle la franquicia al empresarios salvadoreño lo cual genero una interminable cantidad de juicios a fin de saber quien tenía el derecho de manejar los restaurantes.
Hace algunas semanas vi en los periódicos que luego de varios años del litigio entre el empresario salvadoreño y la transnacional un juzgado había tomado la decisión de que la empresa de hamburguesas debía dar una compensación al empresario local, lo cual obviamente no ha sido tomado con mucho agrado por parte de la empresa de comida rápida y obviamente se vendrá otro proceso de contra argumentos.
Recientemente leí en las noticias que la misma empresa de hamburguesas cerro todos sus restaurantes en Islandia en donde según fuentes oficiales la medida se debe al mal momento que pasa la empresa en ese país debido a la crisis financiera, además los contínuos problemas de abastecimiento de carne u otros elementos necesarios para su funcionamiento, sin dejar de mencionar la devaluación de la moneda de Islandia, entre otros. Según señalan, los restaurantes no han dejado de recibir consumidores, el problema es que las ganancias ya no son las mismas debido a que los insumos son cada vez más caros y la devaluación les ha pasado factura.
En principio cerrarán todos los locales y el empresario que maneja la franquicia tiene que ver como reinventa el negocio para no perder la inversión que ha realizado hasta el día de ahora, lo cual llama la atención pues es un caso que en principio se ve similar a lo que sucedio en El Salvador, en donde la cadena continua operando pero cuando hay que asumir un poquito de riesgo ya no gusta mucho a la empresa transnacional.
Hasta ahora he comentado parcialmente mi idea pues para completarla necesito relacionarlo con el tema de seguridad o mejor dicho de inseguridad que vive no solo El Salvador sino toda Centroamérica en donde encontramos una extensa gama de compañías extranjeras que han encontrado en nuestros mercados un enorme nicho de oportunidades para colocar sus productos, sin embargo, en los últimos años se han venido presentando de manera insistente sucesos que afecta la seguridad o que ponen en riesgo esas inversiones.
La vinculación que quiero hacer es entre inversión extranjera y seguridad, es decir, llamar la atención sobre la urgencia que tienen nuestros países por recuperar el buen clima para el establecimiento y funcionamiento de las empresas pues no es agradable para ningún empresario estar preocupado por si le asaltarán el establecimiento o si tendrá que pagar "renta" por el simple hecho de tener un negocio, además, los gastos por contratación de seguridad privada aumentan, las posibilidades de menores ingresos por estar en una zona altamente delincuencial se incrementan, el flujo de consumidores por la situación económica se ve afectado negativamente, entre otros elementos.
Ante esta situación de inseguridad, las empresas pueden verse preocupadas y afectadas lo cual puede llevarles a valorar una retirada de nuestros países lo cual no sería algo positivo dado que representan ingresos para el fisco, fuentes de empleo e incluso transformación y desarrollo de los lugares en donde establecen sus restaurantes dado que impulsan a que otras infraestructuras se modernicen o mejoren, además de ofrecer un servicio que responde y atiende la necesidad de amplios sectores de la población que gustan de la comida rápida.
Cuando una diferencia se presenta entre el empresario local y una compañía extranjera siempre existe la posibilidad de hacer uso de las instancias judiciales nacionales y en casos extremos podría utilizarse una solución a nivel internacional, sin embargo, ante problemas de inseguridad, antes problemas de cobro de "renta", etc que obviamente son hechos que se encuentran fuera de la legalidad quién puede hacer algo? cuánto tiempo podrán soportar las empresas ese acoso por parte de las pandillas, de la delincuencia?
El Estado ha intentado tomar cartas en el asunto pero sin obtener resultado muy positivos tal es así que últimamente se ha estado valorando la posibilidad de poner a disposición al ejercito en labores de seguridad lo cual no deja de ser complicado por el hecho que el ejercito no está preparado para ello pues su formación y función es totalmente diferente, sin embargo cualquier esfuerzo es bueno siempre y cuando se logre disminuir y controlar la inseguridad en la que ha caido nuestro país.
Con esto no quiero indicar que se dará una estampida de empresarios extranjeros como resultado de la inseguridad, pero sí señalar que dicho fenómeno es complejo y que puede generar problemas económicos más allá del simple retiro de una inversión pues tras ella se van las oportunidades de empleo, de crecimiento, etc.

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