martes, 20 de julio de 2010

La buena vida se ha perdido no sólo en Europa.

Estaba leyendo un poco sobre noticias de la crisis y sus efectos y me llamo la atención una nota relacionada con la pérdida de calidad de vida que tienen los europeos como resultado de la crisis económica, la cual los ha obligado a tomar medidas drásticas para solucionar la dificil situación económica de muchos países europeos.
En la noticia se señala el caso de Dominique Lacomblez, un músico francés de 38 años de orquesta clásica apasionado por su trabajo en París, quien está convencido de que su ''generación es una generación de sacrificio'' comparada con la de sus padres. El sostiene que a ésta generación le ha tocado conocer el SIDA y ahora el desempleo y la jubilación a los 62 años, la cual seguramente seguirá aumentando hasta los 65 años'', lo cual es muy diferente a lo que vivieron sus padres a sus treinta años, época que se caracterizó por el fin de la Segunda Guerra Mundial y cuando el modelo social europeo aseguraba trabajo, largas vacaciones y prestaciones sociales para todos.
En Francia y en buena parte de Europa, se podía contar con un sistema de salud pública, buena educación gratuita y una edad de jubilación que eran la envidia en otras regiones. ''Ahora cada vez hay menos ayuda financiera para la escuela, el deporte o la música'', dice Lacomblez. El cambio no es nuevo, pero lo está acelerando la crisis económica y financiera que azota al viejo continente, sumada a su envejecimiento poblacional.
''Trabajar más''
Algunos gobernantes europeos han mencionado explícitamente ese cambio, mientras recetan reformas económicas, ajustes fiscales y planes de austeridad dolorosos ante la crisis financiera y el endeudamiento.
El primer ministro británico, David Cameron, advirtió el mes pasado que el ''modo de vida'' de la población se verá afectado por sus medidas para equilibrar las cuentas públicas, el mayor ajuste fiscal del país en sesenta años. Las medidas ensayadas en Europa incluyen recortes de inversiones y de ayudas sociales, congelación o reducción de salarios públicos, subidas de impuestos y aumentos en las edades mínimas de jubilación.
En Francia, donde el gobierno propuso subir la edad legal de jubilación de 60 a 62 años, el presidente Nicolas Sarkozy dijo esta semana que el cambio es inevitable para salvar un sistema de pensiones deficitario. ''Es más fácil ser popular y decirle a la gente que puede trabajar menos, que explicarle que el mundo cambió y que deberemos trabajar más'', sostuvo Sarkozy por televisión.
El presidente francés recordó que ese cambio ha sido adoptado en países vecinos como Alemania, donde la edad de jubilación subirá a 67 a partir de 2029, o España, que proyecta una medida similar.
¿Hasta los 70?
El aumento en la expectativa de vida y la disminución en la tasa de natalidad en Europa ha vuelto deficitarios los sistemas de pensiones que hasta ahora eran más generosos que en otras partes.
Mientras que en México los hombres dejan de trabajar en promedio a los 73 años, en Japón casi a los 70 y en Estados Unidos a los 65, en Francia lo hacen a los 59 y en Italia y Bélgica a los 60, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Pero se estima que, debido al envejecimiento poblacional, en 2060 habrá en Europa apenas dos trabajadores activos por cada persona mayor de 65 años, la mitad que actualmente. En base a estos datos, la Comisión Europea sugirió a comienzos de mes que la gente en el continente deberá trabajar en promedio hasta los 67 años en 2040 y hasta los 70 años en 2060.
Red de seguridad
El peso de la deuda pública de los países de Europa y los planes de ajuste también ponen en tela de juicio otro orgullo del continente: el gasto social, que en promedio fue de 21% del PIB en 2005, según la OCDE. Siempre en relación al producto, esos desembolsos básicamente en seguridad social y salud han sido superiores en Europa a los de otras regiones como Norteamérica (13% entre México, Estados Unidos y Canadá en 2005).
Eso permitió a los europeos contar con una red de contención en hospitales, centros de desempleo y formación para momentos difíciles como los actuales. La pregunta que muchos se formulan ahora es cuánto cambiará el modelo social europeo ante la presión de los mercados para reducir el déficit y los niveles de deuda pública del continente.
''Menos brillante''
''Hasta la fecha, los europeos han pedido a sus hijos y nietos que paguen la cuenta: han gastado más de lo que ganan y producen'', dijo el sociólogo francés Alain Touraine. A su juicio, la situación actual que vive Europa implica que la próxima generación va a vivir peor que la actual. ''Hay una conciencia muy fuerte de que las próximas generaciones, el futuro próximo de Europa, será menos brillante, menos acomodado que la vida europea durante los últimos 20 o 30 años'', comentó Touraine.
Hasta ahora, quizás gracias a la misma red de seguridad social construida en la posguerra, diferentes gobiernos europeos han evitado que esta perspectiva de deterioro se traduzca en estallidos sociales.
Pero el riesgo de los planes de ajuste es que pueden agravar el desempleo y el descontento social en los próximos tiempos, sobre todo ante la noción de muchos de que la lógica que se sigue es injusta.
''Pasen la factura''
''La crisis la causaron los bancos y los mercados financieros'', sostuvo Ronald Janssen, de la Confederación Europea de Sindicatos. ''Los gobiernos intervinieron y, utilizando el modelo social europeo, salvaron a la economía y a los bancos del colapso total''. ''Y ahora son los mismos bancos y los mismos mercados financieros que le dicen a los gobiernos: 'Ahora que nos salvaron, pasen la factura a los trabajadores y a los ciudadanos de a pie''', agregó.
Cuando Lacomblez reflexiona sobre el futuro, su mente parece lejos de la paz que inspiran sus conciertos de música clásica. ''El problema es el clima social'', señala. ''Lo que me da miedo, por mis hijos realmente, es la violencia y el mundo en que viven''.
Algunas conclusiones.
El problema de la pérdida de calidad de vida no es único ni exclusivo de Europa, nuestros países por muchos años han tenido que pagar por los errores que otros cometen o por tomar malas decisiones económicas-políticas, pero ahora los efectos también se sienten en Europa y al igual que lo hicimos en algun momento los latinoamericanos, ahora son ellos quienes tienen que sentir los efectos negativos, quizás en el futuro se aprenda la lección.
De igual manera América Latina no es que está sacrificando mucho pues no toda la población ha vivido en abundancia, al contrario, los esfuerzos para reducir pobreza, aumentar los niveles de escolaridad, el acceso a salud, entre otros se ven afectados por crisis como la que actualmente vivimos, pero lo importante ha sido que la región ha sabido ser prudente y ha logrado sobreponerse de mejor manera a los efectos de la crisis que otros países.
No todo es bueno ni hay que pensar que los efectos más dificiles ya pasaron, al contrario, ahora se vienen momentos duros en donde hay que comenzar a pagar las deudas que se adquirieron para enfrentar el desestimulo de la economía, controlar el nivel del gasto y porcentaje de la deuda externa, entre otros, todo con el fin de no vernos en situaciones dificiles como las que vive Grecia o le preocupan a España, Italia, Portugal, entre otros.
El nivel de vida no solo debe ser un tema de importancia porque los países desarrollados ven afectadas sus comodidades, el nivel de vida debe ser visto como una condición necesaria para el desarrollo de los pueblos.





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