
Georgia anunció recientemente su retirada unilateral de la Comisión Mixta para un arreglo del conflicto con la república rebelde de Osetia del Sur. El ministro para Asuntos de Reintegración, Temur Yakobashvili, hizo pública una disposición oficial del 29 de agosto que declara la salida de Tiflis de dicho mecanismo de control del conflicto regional, creado el 24 de junio de 1992 al calor de los enfrentamientos armados. De hecho, la Comisión, con Rusia como uno de los mediadores, no funciona desde 2006 ante la negativa georgiana a negociar con la contraparte oseta una solución pacífica del prolongado diferendo territorial.
El comunicado oficial agrega que en consonancia con esa decisión quedan anulados los actos y acuerdos de la Comisión, así como el mandato de las Fuerzas Conjuntas de Paz, dislocadas alrededor de una zona de seguridad en la frontera georgiano-oseta. Luego de fallidos intentos en los últimos años de recuperar por la fuerza los territorios rebeldes vecinos, Georgia emprendió una agresión contra Oseta del Sur el 8 de agosto con un bombardeo indiscriminado de Tsinvalí, su capital. El saldo de víctimas asciende a unos mil 500 personas, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, por lo que el gobierno oseta acusa de genocidio a Tiflis, mientras dirigentes europeos consideran hoy un error la guerra desatada por su aliado georgiano.
La administración georgiana anunció asimismo ayer la salida del convenio para la permanencia de pacificadores en la zona de conflicto con Abjasia que data de 2003. Según una nota oficial circulada, Georgia exige conjuntamente la desactivación de las Fuerzas de Paz de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) del territorio abjasio y culpa a Rusia por “la destrucción del formato pacificador”. Con antelación semanas atrás, el país de Trascaucasia se había retirado de la CEI por decisión del presidente Mijail Saakashvili, quien ganó el respaldo del impopular parlamento en medio de la confrontación con Rusia por los destinos de Abjasia y Osetia del Sur.
Por su parte Rusia dice carecer hasta hoy de los documentos oficiales relativos al anunciado rompimiento de relaciones diplomáticas por parte de Georgia. De acuerdo con informaciones del embajador ruso en Tiflis, no se dispone de ninguna documentación concerniente a la ruptura de los nexos ruso-georgianos, reiteró el diplomático. Esa decisión –aclaró Nesterenko- de cualquier manera no favorece la salida de la contraparte hacia un diálogo civilizado, y más aún para resolver por canales oficiales los problemas que afronten los ciudadanos georgianos residentes en Rusia.
Tal preocupación, según fuentes diplomáticas, ronda también a algunas autoridades con sentido común en Georgia. En una secuencia de hechos desde la agresión perpetrada contra Osetia del Sur, la Cancillería de ese país trascaucásico anunció el 29 de agosto el rompimiento de las relaciones diplomáticas con Moscú. La administración del presidente Mijail Saakashvili reaccionó así frente al reconocimiento de Rusia a la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, separadas desde 1992 tras el desplome de la Unión Soviética.
Nesterenko responsabilizó entonces a Tiflis por las consecuencias futuras de dicha decisión. De ocurrir ello –la ruptura- no será por elección de Rusia y la responsabilidad descansará en la parte georgiana, sentenció el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores. Tropas del país trascaucásico irrumpieron en Tsinvalí el 8 de agosto sin previa declaración de guerra, con ataques extensivos a otros poblados osetas hasta el 12 de ese mes. Al alegar protección a sus ciudadanos, Rusia desplegó en el territorio cerca de 10 mil efectivos y centenares de unidades de técnica combativa. El 19 de agosto declaró la culminación de las operaciones “para imponer a Georgia la paz”, según afirmó el mando.
El presidente ruso, Dmitri Medvedev, promulgó el reconocimiento de independencia a Abjasia y Osetia del Sur en un decreto oficial del 26 de agosto, lo cual provocó los llamados del parlamento georgiano a romper los nexos con Rusia. La cancillería acusa a Georgia de reavivar los tambores de guerra en Osetia del Sur mediante continuas provocaciones a las tropas de paz en la zona de seguridad y el reforzamiento de estructuras militares en la región.
Todo parece indicar que el conflicto en esta zona no presenta una solución pacifica cercana y que en el corto plazo pueden volver a presentarse enfrentamientos armados de los cuales los civiles son los más afectados, esperemos que las partes involucradas puedan llegar a un acuerdo que permita restablecer la paz en la zona.
El comunicado oficial agrega que en consonancia con esa decisión quedan anulados los actos y acuerdos de la Comisión, así como el mandato de las Fuerzas Conjuntas de Paz, dislocadas alrededor de una zona de seguridad en la frontera georgiano-oseta. Luego de fallidos intentos en los últimos años de recuperar por la fuerza los territorios rebeldes vecinos, Georgia emprendió una agresión contra Oseta del Sur el 8 de agosto con un bombardeo indiscriminado de Tsinvalí, su capital. El saldo de víctimas asciende a unos mil 500 personas, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, por lo que el gobierno oseta acusa de genocidio a Tiflis, mientras dirigentes europeos consideran hoy un error la guerra desatada por su aliado georgiano.
La administración georgiana anunció asimismo ayer la salida del convenio para la permanencia de pacificadores en la zona de conflicto con Abjasia que data de 2003. Según una nota oficial circulada, Georgia exige conjuntamente la desactivación de las Fuerzas de Paz de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) del territorio abjasio y culpa a Rusia por “la destrucción del formato pacificador”. Con antelación semanas atrás, el país de Trascaucasia se había retirado de la CEI por decisión del presidente Mijail Saakashvili, quien ganó el respaldo del impopular parlamento en medio de la confrontación con Rusia por los destinos de Abjasia y Osetia del Sur.
Por su parte Rusia dice carecer hasta hoy de los documentos oficiales relativos al anunciado rompimiento de relaciones diplomáticas por parte de Georgia. De acuerdo con informaciones del embajador ruso en Tiflis, no se dispone de ninguna documentación concerniente a la ruptura de los nexos ruso-georgianos, reiteró el diplomático. Esa decisión –aclaró Nesterenko- de cualquier manera no favorece la salida de la contraparte hacia un diálogo civilizado, y más aún para resolver por canales oficiales los problemas que afronten los ciudadanos georgianos residentes en Rusia.
Tal preocupación, según fuentes diplomáticas, ronda también a algunas autoridades con sentido común en Georgia. En una secuencia de hechos desde la agresión perpetrada contra Osetia del Sur, la Cancillería de ese país trascaucásico anunció el 29 de agosto el rompimiento de las relaciones diplomáticas con Moscú. La administración del presidente Mijail Saakashvili reaccionó así frente al reconocimiento de Rusia a la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, separadas desde 1992 tras el desplome de la Unión Soviética.
Nesterenko responsabilizó entonces a Tiflis por las consecuencias futuras de dicha decisión. De ocurrir ello –la ruptura- no será por elección de Rusia y la responsabilidad descansará en la parte georgiana, sentenció el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores. Tropas del país trascaucásico irrumpieron en Tsinvalí el 8 de agosto sin previa declaración de guerra, con ataques extensivos a otros poblados osetas hasta el 12 de ese mes. Al alegar protección a sus ciudadanos, Rusia desplegó en el territorio cerca de 10 mil efectivos y centenares de unidades de técnica combativa. El 19 de agosto declaró la culminación de las operaciones “para imponer a Georgia la paz”, según afirmó el mando.
El presidente ruso, Dmitri Medvedev, promulgó el reconocimiento de independencia a Abjasia y Osetia del Sur en un decreto oficial del 26 de agosto, lo cual provocó los llamados del parlamento georgiano a romper los nexos con Rusia. La cancillería acusa a Georgia de reavivar los tambores de guerra en Osetia del Sur mediante continuas provocaciones a las tropas de paz en la zona de seguridad y el reforzamiento de estructuras militares en la región.
Todo parece indicar que el conflicto en esta zona no presenta una solución pacifica cercana y que en el corto plazo pueden volver a presentarse enfrentamientos armados de los cuales los civiles son los más afectados, esperemos que las partes involucradas puedan llegar a un acuerdo que permita restablecer la paz en la zona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario