viernes, 20 de febrero de 2009

Hay quetzales en El Salvador?

No son comunes. Verlos no es nada común. Y eso que es un ave espectacular con intensos colores. Rara vez, y de eso dan fe los guardabosques, sorprenden las frías mañanas en el Parque Nacional Montecristo, en Metapán, al norte de Santa Ana. Sucede principalmente entre diciembre y enero, cuando el ave de extensa cola de plumas verdes tornasol baja al Jardín de los Cien Años a buscar alimento.
Entonces ocurre. El quetzal deja la altura del bosque nebuloso, su hábitat natural a más de 2,000 metros. Extiende sus alas, igual de verdes que su cola, para posarse brevemente en los árboles de chilamate (Ficus nymphaeifolia), los que están en el jardín centenario, sembrados a más de 1,800 metros de altura. El ave toma con su pico el fruto del chilamate, unas bolitas verdes que se tornan rojizas cuando están maduras, y no se detiene a comerlas, sino que regresa huidiza a la seguridad de las copas de los árboles.
Estamos ante un Pharomachrus mocinno, conocido también como quetzal mesoamericano, el más vistoso de las seis especies que se conocen de quetzal. El de los vivos colores es el quetzal macho, pues la hembra, aunque más grande, no posee tanto colorido. La hembra no tiene copete, ni cola larga, y las plumas de color rojo están en el abdomen y no en el pecho. El macho es el vistoso: lo necesita para llamar la atención en el apareamiento.
El quetzal, ave nacional de la vecina Guatemala y símbolo de su moneda, no es una especie extraña en el país. Habita en el bosque nebuloso del Trifinio, compartido por Guatemala, Honduras y El Salvador, y en el cercano parque Montecristo. Pero no es sencillo verlo. Se necesita mucha paciencia y días para encontrar a la vistosa ave, amenazada por la extinción, en las 1,973 hectáreas que componen Montecristo.
No hay un estudio reciente que certifique la cantidad de ejemplares que existen en El Salvador, pero se sabe que su hábitat, cada vez menor, lastra su supervivencia. Pero no solo debe de luchar contra eso el quetzal. Se estima que menos del 20% de las crías, una de cada cinco, llega a la edad adulta; el resto muere por el clima, las lluvias y los depredadores, las ardillas o incluso los tucanes.
El nombre quetzal proviene del náhuat y significa “cola larga de plumas brillantes”. El hábitat regional del quetzal mesoamericano se extiende desde el sur de México, en la selva de Chiapas, hasta los bosques tropicales húmedos de Panamá. El quetzal era venerado por los aztecas y los mayas, que utilizaban las plumas de la cola en sus atuendos reales. Los atrapaban y les quitaban las plumas, luego los liberaban, porque estaba prohibido matarlos, pues hacerlo era considerado un símbolo de muerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por esta valiosa informacion, muy intersentes detalles de esta ave y su habitat.