Para todos aquellos que nos consideramos seguidores del buen futbol, cuando escuchamos la frase "clásico nacional" se nos viene a la mente un partido de futbol para soñar, vivir y sobre todo disfrutar de entregar y buenas jugadas....sin embargo pareciera que en muchos de nuestros países con el fin de atraer la atención de los aficionados le otorgan nombres de "clasicos" a partidos que no tienen nada mas que pura publicidad para atraer aficionados. Según algunos entendidos en el tema del futbol, los criterios para clasificar como un clásico a un encuentro futbolistico pueden variar, unos sostienen que es aquel que se da entre los equipos que mas titulos poseen en sus vitrinas, otros dicen que no, que un clásico es aquel que se realiza entre los equipos de la capital....la verdad, no se, pero creo que tiene más lógica el de los equipos con mas tradicion dentro de la liga de futbol de cada uno de los países.
En la actualidad en El Salvador se manejan varios conceptos de clásicos, el clásico de clásicos que se juega entre Aguila y FAS, los dos equipos que más titulos poseen; pero tambien está el clásico centro - occidente, que es cuando juega Alianza y FAS; sin dejar de mencionar el clásico centro - oriente, que incluye a Alianza y a Aguila; otros clásicos son llamados "clásico joven" que incluye a Firpo y Alianza, o el clásico de oriente que se juega entre Firpo y Aguila....muchos de los que esten leyendo esto diran....cuantos clásicos! y la verdad como les decia al inicio de estas líneas, todos los partidos son clasificados como clásicos y al final lo que hacen es quitarle la importancia los encuentros que sí realmente cumplen con los requisitos para ser un clásico.
El motivo de esa pequeña introducción es para comentarles que el día de ayer se realizó en Santa Ana el "clásico de clásicos" nacional, es decir, entre Aguila y FAS, el cual obviamente no lleno las expectativas de nadie y si no me creen, aquí les dejo una crónica del encuentro que leí este día en un periodico local....que piensan?
Si no existe un creativo es difícil poder tener claridad para ir al frente, para crear opciones, para anotar, para ganar. Ayer FAS y Águila lo demostraron, porque aunque dentro de la cancha hubo hasta seis jugadores que tienen esa función, ninguno la cumplió. En FAS, el colombiano Yeison Vega, el que está llamado a ejercer el papel de nexo, se lució para la grada con algunas pantallas, jueguito sobre la línea y uno que otro taco. Pero hasta ahí. Le faltó ser punzante, ser consistente y más atrevido. La única vez que probó al marco, su tiro se fue arriba por poco.
Luego, el puesto de Vega fue ocupado por Odir Flores. Pero “el Chino” no entró enchufado y se vio absorbido por la inercia del partido mismo. No logró poner el balón en el suelo ni juntarse con nadie. Llegó y navegó solo en el mismo mar de imprecisiones que ya era el juego.
Cristian Álvarez tampoco tomó la manija del duelo. Su regreso a la cancha, después de pagar dos partidos de castigo, era una buena noticia para los aficionados y para el mismo equipo de FAS.
Sin embargo, su llegada no fructificó. Pasó con más pena que gloria, pues estuvo más ocupado en meter pierna para tratar de robar la pelota que en dar salida.
Águila igual
Y en Águila sucedió exactamente lo mismo. William Torres Alegría, Eliseo Quintanilla, Arturo Albarrán y Leandro Franco (desde su ingreso) no consiguieron tener el dominio del balón ni hacerlo transitar con sapiencia.
De hecho, como en el caso de Odir, los cuatro se manejaron distantes el uno del otro y hubo quienes se enfocaron más en salvaguardar el punto que desde el minuto 28 tenían en la bolsa que a arriesgar hacia el frente.
De ahí que no sorprendiera que a Torres se le viera metiendo pierna en su zona baja y desde ahí tratando de desdoblarse hacia el ataque. Pero sin compañía se la hacía difícil, como también se le hizo a Cheyo llegar a tanto pelotazo que se enviaba desde el área emplumada.
Y Leandro llegó a ocupar una posición que no es la suya. Entró al partido como un delantero cuando funciona mejor como un nexo desde atrás. Así se hace difícil.
Luego, el puesto de Vega fue ocupado por Odir Flores. Pero “el Chino” no entró enchufado y se vio absorbido por la inercia del partido mismo. No logró poner el balón en el suelo ni juntarse con nadie. Llegó y navegó solo en el mismo mar de imprecisiones que ya era el juego.
Cristian Álvarez tampoco tomó la manija del duelo. Su regreso a la cancha, después de pagar dos partidos de castigo, era una buena noticia para los aficionados y para el mismo equipo de FAS.
Sin embargo, su llegada no fructificó. Pasó con más pena que gloria, pues estuvo más ocupado en meter pierna para tratar de robar la pelota que en dar salida.
Águila igual
Y en Águila sucedió exactamente lo mismo. William Torres Alegría, Eliseo Quintanilla, Arturo Albarrán y Leandro Franco (desde su ingreso) no consiguieron tener el dominio del balón ni hacerlo transitar con sapiencia.
De hecho, como en el caso de Odir, los cuatro se manejaron distantes el uno del otro y hubo quienes se enfocaron más en salvaguardar el punto que desde el minuto 28 tenían en la bolsa que a arriesgar hacia el frente.
De ahí que no sorprendiera que a Torres se le viera metiendo pierna en su zona baja y desde ahí tratando de desdoblarse hacia el ataque. Pero sin compañía se la hacía difícil, como también se le hizo a Cheyo llegar a tanto pelotazo que se enviaba desde el área emplumada.
Y Leandro llegó a ocupar una posición que no es la suya. Entró al partido como un delantero cuando funciona mejor como un nexo desde atrás. Así se hace difícil.
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