En menos de seis meses de haber iniciado sus operaciones, La Cocotera Resort, un destino ecoturístico ubicado en la Barra de Santiago, Ahuachapán, ha logrado posicionarse no sólo en el mercado verde del turismo nacional sino también en el campo internacional.
El atractivo de este resort va más allá de ser un lugar para el desarrollo del turismo de playa dado que su misión está vinculada a un compromiso con la sociedad, recursos naturales y con la economía de las comunidades aledañas.
"En mayo (del año pasado) empezamos el proyecto con un amigo mío que vive en Estados Unidos que tuvo un tumor en la cabeza y que trabajaba como consultor de una empresa. Sobrevivió de la enfermedad y me vino a visitar a la Barra de Santiago como parte de su recuperación, y se enamoró de lugar", relata Daniel Guttfreund, gerente general del centro vacacional.
Es así como el propietario del resort decidió dedicarse de lleno al proyecto ecológico y turístico.
Para diseñar el establecimiento, retomaron algunos aspectos de la línea ecoturística de los complejos turísticos de Costa Rica y Nicaragua, dos destinos de carácter mundial. "En Costa Rica tienen un sistema de cinco estrellas y de cinco hojas. Aplicamos todo lo que aprendimos allá, de tal manera que así comenzó nuestro proyecto", comentó.
La esencia verde caló en todos los aspectos del proyecto pues, desde un inicio, se perfiló como un lugar exclusivo y tranquilo, ya que no va más allá de los seis bungalós y de una ocupación máxima de 22 personas.
"Es un lugar íntimo, tranquilo para gozar el medio ambiente y la ecología", sintetiza Guttfreund.
La atención es totalmente especializada, sus 20 colaboradores brindan a los clientes servicios que van desde tours de pesca en alta mar hasta masajes relajantes.
El costo de las habitaciones oscila entre los $195 a $215 la noche, en ambas opciones la tarifa incluye los tiempos de comida, bebidas refrescantes, uso de kayacs, impuestos y la liberación de una tortuga marina en alta mar, cuando es temporada.
Responsabilidad social
Según Guttfreund, las acciones en pro de la naturaleza están sujetas a estudios de factibilidad es así como hasta la fecha han podido liberar unas 10 mil tortugas de la especie golfina.
Uno de los valores agregados que ofrece este resort es que los huéspedes pueden ser partícipes de esta liberación de especies, que por lo general se realiza entre agosto y septiembre.
Pero el empresario turístico tiene un compromiso más: el proyecto de reintroducción de la guacamaya, una especie extinta a finales del siglo XIX.
Para ello, han solicitado un estudio ornitológico que dictamine la factibilidad del proyecto. Otro de los compromisos adquiridos por el complejo es el aporte a la educación de la comunidad. Guttfreund asegura que donaron dos aulas para la escuela El Zapote, la institución más cercana al hotel. Para el gerente, el sello verde y la responsabilidad social hacen de La Cocotera un lugar único.
El atractivo de este resort va más allá de ser un lugar para el desarrollo del turismo de playa dado que su misión está vinculada a un compromiso con la sociedad, recursos naturales y con la economía de las comunidades aledañas.
"En mayo (del año pasado) empezamos el proyecto con un amigo mío que vive en Estados Unidos que tuvo un tumor en la cabeza y que trabajaba como consultor de una empresa. Sobrevivió de la enfermedad y me vino a visitar a la Barra de Santiago como parte de su recuperación, y se enamoró de lugar", relata Daniel Guttfreund, gerente general del centro vacacional.
Es así como el propietario del resort decidió dedicarse de lleno al proyecto ecológico y turístico.
Para diseñar el establecimiento, retomaron algunos aspectos de la línea ecoturística de los complejos turísticos de Costa Rica y Nicaragua, dos destinos de carácter mundial. "En Costa Rica tienen un sistema de cinco estrellas y de cinco hojas. Aplicamos todo lo que aprendimos allá, de tal manera que así comenzó nuestro proyecto", comentó.
La esencia verde caló en todos los aspectos del proyecto pues, desde un inicio, se perfiló como un lugar exclusivo y tranquilo, ya que no va más allá de los seis bungalós y de una ocupación máxima de 22 personas.
"Es un lugar íntimo, tranquilo para gozar el medio ambiente y la ecología", sintetiza Guttfreund.
La atención es totalmente especializada, sus 20 colaboradores brindan a los clientes servicios que van desde tours de pesca en alta mar hasta masajes relajantes.
El costo de las habitaciones oscila entre los $195 a $215 la noche, en ambas opciones la tarifa incluye los tiempos de comida, bebidas refrescantes, uso de kayacs, impuestos y la liberación de una tortuga marina en alta mar, cuando es temporada.
Responsabilidad social
Según Guttfreund, las acciones en pro de la naturaleza están sujetas a estudios de factibilidad es así como hasta la fecha han podido liberar unas 10 mil tortugas de la especie golfina.
Uno de los valores agregados que ofrece este resort es que los huéspedes pueden ser partícipes de esta liberación de especies, que por lo general se realiza entre agosto y septiembre.
Pero el empresario turístico tiene un compromiso más: el proyecto de reintroducción de la guacamaya, una especie extinta a finales del siglo XIX.
Para ello, han solicitado un estudio ornitológico que dictamine la factibilidad del proyecto. Otro de los compromisos adquiridos por el complejo es el aporte a la educación de la comunidad. Guttfreund asegura que donaron dos aulas para la escuela El Zapote, la institución más cercana al hotel. Para el gerente, el sello verde y la responsabilidad social hacen de La Cocotera un lugar único.
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