Los envíos de remesas a América Latina declinarán este año debido a la crisis económica global, advirtió ayer el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El BID prevé que las remesas seguirán declinando sustancialmente este año. Sólo en el mes de enero, el volumen que recibió la región en remesas cayó entre el 11% y 13%. En el caso de Ecuador, el dinero enviado desde el exterior disminuyó en un 20% en el último trimestre del año pasado.
El BID resaltó que es la primera vez que el monto de dinero que envían trabajadores latinoamericanos en el exterior a los países de América Latina sufre una caída desde que la institución empezó a medir los flujos en 2000. La institución prevé que las remesas seguirán declinando sustancialmente este año en la medida en que se profundiza la recesión mundial.
Natasha Bajuk, Especialista en Remesas del Fondo Multilateral de Inversiones del BID (FOMIN), explicó que la desaceleración en el envío de remesas empezó a ocurrir durante el segundo semestre de 2007, pero que la tendencia a la caída se empezó a observar hacia el último trimestre de 2008 y se aceleró en los primeros meses de este año.
Efectos diversos
El envío de dinero constituyen una fuente de ingresos clave para millones de familias en la región y los efectos de la merma en la cantidad de remesas se sentirá de forma diferente en los países latinoamericanos y del Caribe. Para muchos de los países de la región los flujos de remesas representan un porcentaje importante del Producto Interno Bruto.
El BID resaltó que las remesas juegan un papel fundamental en momentos en que, ante la crisis económica global, disminuye la inversión extranjera y siguen bajo presión los ingresos por exportaciones y turismo. Para muchos de los países latinoamericanos, las remesas son una importante herramienta de reducción de la pobreza, ya que más del 60% se utiliza para cubrir necesidades diarias tales como alimentos, vestimenta y alojamiento.
El resto del dinero se ahorra o se invierte en vivienda, pequeños negocios, salud o educación. "Para muchos de los países de la región los flujos de remesas representan un porcentaje importante del Producto Interno Bruto", agregó Bajuk. "Para unos siete países las remesas representan más del equivalente del 10%".
En 2008, los latinoamericanos y caribeños que trabajan en el exterior enviaron US$69.200 millones a sus países de origen, es decir, 0,9% más que en 2007, según el FOMIN. Pero tras un tercer trimestre sin crecimiento, los flujos cayeron a US$17.000 millones, lo que representa un 2% menos que en el cuarto trimestre de 2007.
Tasas de cambio
El informe del BID destaca que la crisis financiera ha redefinido la importancia de otros factores que ahora influyen sobre el flujo de remesas a América Latina y el Caribe. Las tasas de cambio y las fluctuaciones de tasas, desempeñan ahora un papel mucho más significativo en la determinación del efecto de las remesas sobre el país receptor. La reducción de remesas impacta las economías latinoamericanas."El panorama cambia de un país al otro dependiendo del régimen cambiario del país", explicó Bajuk.
Con las fluctuaciones que han conocido algunos países en medio de la presente crisis, "en algunos casos si bien la tendencia ha sido a la baja en cuanto a los dólares enviados en términos de moneda local, la situación es diferente, el valor ha aumentado". Es lo que ha ocurrido en México y Brasil, principales receptores de remesas de la región, pero cuyas monedas se han fortalecido frente al dólar.
"Cuando miramos a aquellos países que tienen un régimen cambiario fuertemente vinculado al dólar, o directamente dolarizado, como en Centroamérica, ese colchón que protege al receptor de remesas en otras naciones, no lo tienen, y les afecta la caída en cuanto al volumen de dinero que reciben", agregó la experta del BID.
Otra es la situación de los países latinoamericanos que reciben una proporción importante de sus remesas de emigrantes que residen y trabajan en Europa, principalmente en España, como ocurre en las naciones andinas y Paraguay. "Ahí entra la dinámica entre el euro y el dólar", insiste Bajuk. "Con la caída de valor del euro, de repente también vemos un efecto negativo sobre el poder adquisitivo del receptor de la remesa".
En el caso de Ecuador, cerca de 45% de las remesas recibidas en el país provienen de España. También es una economía dolarizada. "Vemos dos de los fenómenos influir y en el último trimestre de 2008 las remesas a Ecuador cayeron en casi un 20%", dijo la especialista.
Pero los más afectados serán los países cuyas economías dependen ampliamente de las remesas, como las naciones centroamericanas y del Caribe, donde en algunos casos representa entre el 15% y 20% del PIB, agregó el BID.
El BID resaltó que es la primera vez que el monto de dinero que envían trabajadores latinoamericanos en el exterior a los países de América Latina sufre una caída desde que la institución empezó a medir los flujos en 2000. La institución prevé que las remesas seguirán declinando sustancialmente este año en la medida en que se profundiza la recesión mundial.
Natasha Bajuk, Especialista en Remesas del Fondo Multilateral de Inversiones del BID (FOMIN), explicó que la desaceleración en el envío de remesas empezó a ocurrir durante el segundo semestre de 2007, pero que la tendencia a la caída se empezó a observar hacia el último trimestre de 2008 y se aceleró en los primeros meses de este año.
Efectos diversos
El envío de dinero constituyen una fuente de ingresos clave para millones de familias en la región y los efectos de la merma en la cantidad de remesas se sentirá de forma diferente en los países latinoamericanos y del Caribe. Para muchos de los países de la región los flujos de remesas representan un porcentaje importante del Producto Interno Bruto.
El BID resaltó que las remesas juegan un papel fundamental en momentos en que, ante la crisis económica global, disminuye la inversión extranjera y siguen bajo presión los ingresos por exportaciones y turismo. Para muchos de los países latinoamericanos, las remesas son una importante herramienta de reducción de la pobreza, ya que más del 60% se utiliza para cubrir necesidades diarias tales como alimentos, vestimenta y alojamiento.
El resto del dinero se ahorra o se invierte en vivienda, pequeños negocios, salud o educación. "Para muchos de los países de la región los flujos de remesas representan un porcentaje importante del Producto Interno Bruto", agregó Bajuk. "Para unos siete países las remesas representan más del equivalente del 10%".
En 2008, los latinoamericanos y caribeños que trabajan en el exterior enviaron US$69.200 millones a sus países de origen, es decir, 0,9% más que en 2007, según el FOMIN. Pero tras un tercer trimestre sin crecimiento, los flujos cayeron a US$17.000 millones, lo que representa un 2% menos que en el cuarto trimestre de 2007.
Tasas de cambio
El informe del BID destaca que la crisis financiera ha redefinido la importancia de otros factores que ahora influyen sobre el flujo de remesas a América Latina y el Caribe. Las tasas de cambio y las fluctuaciones de tasas, desempeñan ahora un papel mucho más significativo en la determinación del efecto de las remesas sobre el país receptor. La reducción de remesas impacta las economías latinoamericanas."El panorama cambia de un país al otro dependiendo del régimen cambiario del país", explicó Bajuk.
Con las fluctuaciones que han conocido algunos países en medio de la presente crisis, "en algunos casos si bien la tendencia ha sido a la baja en cuanto a los dólares enviados en términos de moneda local, la situación es diferente, el valor ha aumentado". Es lo que ha ocurrido en México y Brasil, principales receptores de remesas de la región, pero cuyas monedas se han fortalecido frente al dólar.
"Cuando miramos a aquellos países que tienen un régimen cambiario fuertemente vinculado al dólar, o directamente dolarizado, como en Centroamérica, ese colchón que protege al receptor de remesas en otras naciones, no lo tienen, y les afecta la caída en cuanto al volumen de dinero que reciben", agregó la experta del BID.
Otra es la situación de los países latinoamericanos que reciben una proporción importante de sus remesas de emigrantes que residen y trabajan en Europa, principalmente en España, como ocurre en las naciones andinas y Paraguay. "Ahí entra la dinámica entre el euro y el dólar", insiste Bajuk. "Con la caída de valor del euro, de repente también vemos un efecto negativo sobre el poder adquisitivo del receptor de la remesa".
En el caso de Ecuador, cerca de 45% de las remesas recibidas en el país provienen de España. También es una economía dolarizada. "Vemos dos de los fenómenos influir y en el último trimestre de 2008 las remesas a Ecuador cayeron en casi un 20%", dijo la especialista.
Pero los más afectados serán los países cuyas economías dependen ampliamente de las remesas, como las naciones centroamericanas y del Caribe, donde en algunos casos representa entre el 15% y 20% del PIB, agregó el BID.
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