Si se decide a dejar tras de sí el agobiante murmullo de San Salvador, basta recorrer unos cuantos kilómetros para descubrir una nueva opción de entretenimiento familiar. Dirija su atención al norte del país, busque el camino a la Troncal y encamine la marcha hacia Aguilares. Justo en el kilómetro 35 y medio, el parque acuático Aventura Tropical le abre las puertas para que se las cierre al estrés y la rutina.
Este centro de diversiones inició labores a penas el 12 de marzo y con el poco tiempo que lleva funcionando ya ha visto desfilar un sinfín de visitantes, que saciaron la curiosidad y la necesidad de sano esparcimiento. El terreno de 23 manzanas, que por años dio vida a una zona con función agrícola atestado de cocoteros, cambió su imagen sin necesidad de sacrificar la vegetación nativa.
Detrás de un estacionamiento con capacidad para 600 vehículos aproximadamente, se ubican extensos jardines -comunicados entre sí por angostas veredas-, cuatro piscinas, toboganes, canchas deportivas, restaurantes y un estanque de 200 metros que alberga una novel colonia de tilapias, protegidas por una tupida capa de ninfas con flores color lila.
Entre los planes a mediano plazo de los artífices de esta nueva aventura, figura ver crecer la reserva de peces, para luego ofrecer a los turistas una zona de pesca artesanal. "Sólo se han construido 10 manzanas del total, pero se planea continuar con la expansión de atractivos", informó José Alberto paredes, gerente del lugar.
Para los que se decidan, el costo de entrada es de $3 adultos y $1 niños. Tiene absoluta libertad para ingresar alimentos y bebidas, a excepción de las mascotas, el licor y las armas. Por el momento, tienen 10 glorietas disponibles con una mesa para seis personas, vestidores con estantes y llave, y una parrilla. Para los que no alcancen una de estas, hay en existencia juegos de mesa con cuatro sillas, parrillas y hamacas para ubicarse en las zonas verdes. Todo lo anterior se alquila por un dólar. Si es de los que prefiere consumir en el restaurante, el menú está al alcance de todos.
Este centro de diversiones inició labores a penas el 12 de marzo y con el poco tiempo que lleva funcionando ya ha visto desfilar un sinfín de visitantes, que saciaron la curiosidad y la necesidad de sano esparcimiento. El terreno de 23 manzanas, que por años dio vida a una zona con función agrícola atestado de cocoteros, cambió su imagen sin necesidad de sacrificar la vegetación nativa.
Detrás de un estacionamiento con capacidad para 600 vehículos aproximadamente, se ubican extensos jardines -comunicados entre sí por angostas veredas-, cuatro piscinas, toboganes, canchas deportivas, restaurantes y un estanque de 200 metros que alberga una novel colonia de tilapias, protegidas por una tupida capa de ninfas con flores color lila.
Entre los planes a mediano plazo de los artífices de esta nueva aventura, figura ver crecer la reserva de peces, para luego ofrecer a los turistas una zona de pesca artesanal. "Sólo se han construido 10 manzanas del total, pero se planea continuar con la expansión de atractivos", informó José Alberto paredes, gerente del lugar.
Para los que se decidan, el costo de entrada es de $3 adultos y $1 niños. Tiene absoluta libertad para ingresar alimentos y bebidas, a excepción de las mascotas, el licor y las armas. Por el momento, tienen 10 glorietas disponibles con una mesa para seis personas, vestidores con estantes y llave, y una parrilla. Para los que no alcancen una de estas, hay en existencia juegos de mesa con cuatro sillas, parrillas y hamacas para ubicarse en las zonas verdes. Todo lo anterior se alquila por un dólar. Si es de los que prefiere consumir en el restaurante, el menú está al alcance de todos.
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