El primer ministro de Pakistán, Yusuf Raza Gillani, ordenó "eliminar militantes y terroristas" talibanes en una declaración televisada. Según el primer ministro, se agotaron las posibilidades de diálogo con el Talibán, al menos en la zona de Swat. Este anuncio supone el fin del proceso de paz con los islamistas radicales en el norte del valle de Swat.
Según el líder paquistaní, este llamado tiene como fin "restaurar el honor y la dignidad de nuestra patria, y proteger a la gente". "Ha llegado el momento en que toda la nación debe alinearse con el gobierno y las fuerzas armadas en contra de aquellos que quieren tomar como rehén a todo el país y oscurecer nuestro futuro a punta de pistola", añadió Raza Gillani.
Esta apelación a la unidad contrasta con la posición de la opinión pública y de los principales partidos políticos del país, que se mostraron favorables al diálogo con el Talibán. Según el primer ministro, se agotaron las posibilidades de diálogo, al menos en la región de Swat, por lo que la lucha armada es la única opción posible.
Las autoridades locales acusaron al Talibán de fracasar en su desarme y de intentar expandir su control por el resto del país. Después de varios enfrentamientos, el anuncio del primer ministro podría dar al ejército mayor autoridad política para poner en marcha una operación militar más ambiciosa.
Los enfrentamientos entre el ejército paquistaní y las milicias del Talibán se han intensificado en los últimos días, después de que ambas partes acusaran a la otra de haber impedido un acuerdo.
Islamabad había cedido ante los deseos de los talibanes de imponer la ley islámica en el valle, a cambio del fin de la insurrección.
Ofensiva urbana
Ha llegado el momento en que toda la nación debe alinearse con el gobierno y las fuerzas armadas en contra de aquellos que quieren tomar como rehén todo el país y oscurecer nuestro futuro a punta de pistola. El Talibán se hizo fuerte en Mingora, la principal ciudad de la región, por lo que se espera allí toda una ofensiva urbana del ejército paquistaní.
En conversación con un testigo de los choques en esta ciudad describió cómo los militantes radicales estaban plantando minas antipersonales, cavando trincheras y talando árboles para bloquear los caminos. Numerosos civiles han huido ya, pero otros muchos aún permanecen en la ciudad y podrían verse atrapados por el combate entre las dos partes. Aún no es seguro que el ejército paquistaní quiera correr ese riesgo.
La Cruz Roja, entre tanto, advirtió sobre el empeoramiento de la crisis humanitaria en la región, mientras que sus equipos se declararon incapaces de llegar a las áreas más afectadas.
Según el líder paquistaní, este llamado tiene como fin "restaurar el honor y la dignidad de nuestra patria, y proteger a la gente". "Ha llegado el momento en que toda la nación debe alinearse con el gobierno y las fuerzas armadas en contra de aquellos que quieren tomar como rehén a todo el país y oscurecer nuestro futuro a punta de pistola", añadió Raza Gillani.
Esta apelación a la unidad contrasta con la posición de la opinión pública y de los principales partidos políticos del país, que se mostraron favorables al diálogo con el Talibán. Según el primer ministro, se agotaron las posibilidades de diálogo, al menos en la región de Swat, por lo que la lucha armada es la única opción posible.
Las autoridades locales acusaron al Talibán de fracasar en su desarme y de intentar expandir su control por el resto del país. Después de varios enfrentamientos, el anuncio del primer ministro podría dar al ejército mayor autoridad política para poner en marcha una operación militar más ambiciosa.
Los enfrentamientos entre el ejército paquistaní y las milicias del Talibán se han intensificado en los últimos días, después de que ambas partes acusaran a la otra de haber impedido un acuerdo.
Islamabad había cedido ante los deseos de los talibanes de imponer la ley islámica en el valle, a cambio del fin de la insurrección.
Ofensiva urbana
Ha llegado el momento en que toda la nación debe alinearse con el gobierno y las fuerzas armadas en contra de aquellos que quieren tomar como rehén todo el país y oscurecer nuestro futuro a punta de pistola. El Talibán se hizo fuerte en Mingora, la principal ciudad de la región, por lo que se espera allí toda una ofensiva urbana del ejército paquistaní.
En conversación con un testigo de los choques en esta ciudad describió cómo los militantes radicales estaban plantando minas antipersonales, cavando trincheras y talando árboles para bloquear los caminos. Numerosos civiles han huido ya, pero otros muchos aún permanecen en la ciudad y podrían verse atrapados por el combate entre las dos partes. Aún no es seguro que el ejército paquistaní quiera correr ese riesgo.
La Cruz Roja, entre tanto, advirtió sobre el empeoramiento de la crisis humanitaria en la región, mientras que sus equipos se declararon incapaces de llegar a las áreas más afectadas.
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