¿Puede Centroamérica crecer más rápido que la dinámica y desregulada India? Según algunos conocedores del tema es que sí se puede, incluso sostienen que la región podría enseñarle a India unas cuantas cosas sobre el crecimiento económico.
India y Centroamérica ya comparten estrategias de desarrollo en un par de áreas clave. Ambas están, en general, convencidas de que las soluciones de mercado son el mejor camino para asegurar el crecimiento. Ambas tienden a tener gobiernos débiles, con recursos limitados para dedicar a proyectos de infraestructura y redistribución del ingreso.
Pero dentro de este amplio y compartido marco, Centroamérica e India pueden ayudarse mutuamente a aprender algo sobre asuntos que incluyen la educación, trabajo femenino, seguridad personal y eficiencia del mercado —aunque algunas lecciones sean más duras de aprender que otras.
En lo que se refiere a educación, América Central ha hecho una labor respetable en general. Con niveles de alfabetización que se acercan al 100% en cada país, Costa Rica y Panamá han hecho el trabajo especialmente bien.
El problema para India es el enorme tamaño de este reto. El hecho de que cerca de dos de cada cinco adultos no puedan leer o escribir significa que el país tiene no menos de 300 millones de personas iletradas. Mientras tanto, cientos de millones asisten a escuelas públicas decadentes, cuyos maestros en muchos casos son tan pobres que faltan a clases hasta dos veces por semana para laborar en otros trabajos.
Otro asunto importante para India involucra a las mujeres y su productividad. En Centroamérica todavía existe un techo de vidrio, como sucede en casi todo el mundo. Pero las mujeres del istmo generalmente son más exitosas profesionalmente y contribuyen más a la economía de la región que sus contrapartes indias, donde antiguos prejuicios culturales hacen que una gran cantidad sean trabajadoras ineficientes (la alfabetización entre las mujeres es de un abismal 47%), mientras que millones más son desincentivadas de participar en la fuerza laboral.
Una situación similar existe a la inversa en lo relacionado con la seguridad personal. Estallidos de violencia política y étnica suceden periódicamente en India, y el crimen urbano puede estar creciendo. Pero el ciudadano promedio todavía puede caminar por las calles de las urbes más grandes del subcontinente a cualquier hora del día o de la noche, sin mayor temor a ser asaltado, mucho menos apuñalado o secuestrado.
En contraste, en El Salvador, Honduras y especialmente en Guatemala todos estos son riesgos reales, que desaceleran el crecimiento al dirigir valiosos recursos a la policía y los sistemas penales, y desincentivan la inversión extranjera.
Así como no existe una solución sencilla al problema del analfabetismo masivo en India, tampoco la hay para reducir el crimen en una región que enfrenta tres grandes problemas: la guerra contra el narcotráfico financiada por Estados Unidos, conflictos raciales en varios países, y una población suficientemente rica para ver los productos más deseados del mundo en televisión a color, pero demasiado pobre para comprarlos.
En ambos casos, la única solución es un incremento de largo plazo en la producción que exceda el crecimiento poblacional y estimule una clase media amplia y estable.
India ha tenido un impresionante promedio de crecimiento del 9% anual en el valor de su producción desde 2004, principalmente debido a un mercado interno altamente competitivo.
El país requiere mantener el crecimiento alto — una tarea difícil— tanto como Centroamérica necesita seguir atrayendo inversiones de operaciones textiles, así como de turismo e inmobiliarias, las cuales han ayudado a gran parte de la región a crecer a un ritmo saludable durante los últimos años.
Una lección para Centroamérica involucra habilidades de comunicación. Un legado útil de la colonización británica del subcontinente es que la mayoría de los indios educados hablan con fluidez el idioma más importante del mundo de los negocios. Para espolear el desarrollo económico en Centroamérica, cuyo principal socio comercial y fuente de inversión es Estados Unidos, la región debería copiar a India y mejorar su aprendizaje del inglés.
Como cualquier mejora, esto cuesta dinero.Pero contratar a un pequeño grupo de excelentes profesores de inglés para que enseñen en cada país de Centroamérica representa un costo reducido, en comparación con los beneficios que produciría.
La otra lección que América Central necesita aprender de India es la importancia de un mercado unificado con una sola moneda, junto con la creación de un activo mercado de capitales. Con las bolsas Nacional y de Bombay promocionando agresivamente ofertas iniciales de acciones y facilitando que compañías pequeñas y medianas se inscriban, ambas han sido intermediarios efectivos entre empresas que buscan capital e inversionistas que buscan oportunidades de lucrar (el principal índice de Bombay subió en un 50% durante 2007, la segunda tasa de crecimiento del mundo, detrás la bolsa de Shanghái).
De igual forma, Centroamérica necesita desarrollar un verdadero mercado interno, en lugar de la actual maraña burocrática de seis pequeños países con no menos de cinco monedas, y aplicando diferentes reglas que gobiernan los servicios financieros, entre otros sectores, en cada jurisdicción.
Una mayor cooperación comercial permitiría a la región ser más eficiente sin implicar cambios ideológicos en cada país. Promover la integración suena como si fuera un trabajo fácil. Pero al menos por el momento, no lo están haciendo muchas personas.
India y Centroamérica ya comparten estrategias de desarrollo en un par de áreas clave. Ambas están, en general, convencidas de que las soluciones de mercado son el mejor camino para asegurar el crecimiento. Ambas tienden a tener gobiernos débiles, con recursos limitados para dedicar a proyectos de infraestructura y redistribución del ingreso.
Pero dentro de este amplio y compartido marco, Centroamérica e India pueden ayudarse mutuamente a aprender algo sobre asuntos que incluyen la educación, trabajo femenino, seguridad personal y eficiencia del mercado —aunque algunas lecciones sean más duras de aprender que otras.
En lo que se refiere a educación, América Central ha hecho una labor respetable en general. Con niveles de alfabetización que se acercan al 100% en cada país, Costa Rica y Panamá han hecho el trabajo especialmente bien.
El problema para India es el enorme tamaño de este reto. El hecho de que cerca de dos de cada cinco adultos no puedan leer o escribir significa que el país tiene no menos de 300 millones de personas iletradas. Mientras tanto, cientos de millones asisten a escuelas públicas decadentes, cuyos maestros en muchos casos son tan pobres que faltan a clases hasta dos veces por semana para laborar en otros trabajos.
Otro asunto importante para India involucra a las mujeres y su productividad. En Centroamérica todavía existe un techo de vidrio, como sucede en casi todo el mundo. Pero las mujeres del istmo generalmente son más exitosas profesionalmente y contribuyen más a la economía de la región que sus contrapartes indias, donde antiguos prejuicios culturales hacen que una gran cantidad sean trabajadoras ineficientes (la alfabetización entre las mujeres es de un abismal 47%), mientras que millones más son desincentivadas de participar en la fuerza laboral.
Una situación similar existe a la inversa en lo relacionado con la seguridad personal. Estallidos de violencia política y étnica suceden periódicamente en India, y el crimen urbano puede estar creciendo. Pero el ciudadano promedio todavía puede caminar por las calles de las urbes más grandes del subcontinente a cualquier hora del día o de la noche, sin mayor temor a ser asaltado, mucho menos apuñalado o secuestrado.
En contraste, en El Salvador, Honduras y especialmente en Guatemala todos estos son riesgos reales, que desaceleran el crecimiento al dirigir valiosos recursos a la policía y los sistemas penales, y desincentivan la inversión extranjera.
Así como no existe una solución sencilla al problema del analfabetismo masivo en India, tampoco la hay para reducir el crimen en una región que enfrenta tres grandes problemas: la guerra contra el narcotráfico financiada por Estados Unidos, conflictos raciales en varios países, y una población suficientemente rica para ver los productos más deseados del mundo en televisión a color, pero demasiado pobre para comprarlos.
En ambos casos, la única solución es un incremento de largo plazo en la producción que exceda el crecimiento poblacional y estimule una clase media amplia y estable.
India ha tenido un impresionante promedio de crecimiento del 9% anual en el valor de su producción desde 2004, principalmente debido a un mercado interno altamente competitivo.
El país requiere mantener el crecimiento alto — una tarea difícil— tanto como Centroamérica necesita seguir atrayendo inversiones de operaciones textiles, así como de turismo e inmobiliarias, las cuales han ayudado a gran parte de la región a crecer a un ritmo saludable durante los últimos años.
Una lección para Centroamérica involucra habilidades de comunicación. Un legado útil de la colonización británica del subcontinente es que la mayoría de los indios educados hablan con fluidez el idioma más importante del mundo de los negocios. Para espolear el desarrollo económico en Centroamérica, cuyo principal socio comercial y fuente de inversión es Estados Unidos, la región debería copiar a India y mejorar su aprendizaje del inglés.
Como cualquier mejora, esto cuesta dinero.Pero contratar a un pequeño grupo de excelentes profesores de inglés para que enseñen en cada país de Centroamérica representa un costo reducido, en comparación con los beneficios que produciría.
La otra lección que América Central necesita aprender de India es la importancia de un mercado unificado con una sola moneda, junto con la creación de un activo mercado de capitales. Con las bolsas Nacional y de Bombay promocionando agresivamente ofertas iniciales de acciones y facilitando que compañías pequeñas y medianas se inscriban, ambas han sido intermediarios efectivos entre empresas que buscan capital e inversionistas que buscan oportunidades de lucrar (el principal índice de Bombay subió en un 50% durante 2007, la segunda tasa de crecimiento del mundo, detrás la bolsa de Shanghái).
De igual forma, Centroamérica necesita desarrollar un verdadero mercado interno, en lugar de la actual maraña burocrática de seis pequeños países con no menos de cinco monedas, y aplicando diferentes reglas que gobiernan los servicios financieros, entre otros sectores, en cada jurisdicción.
Una mayor cooperación comercial permitiría a la región ser más eficiente sin implicar cambios ideológicos en cada país. Promover la integración suena como si fuera un trabajo fácil. Pero al menos por el momento, no lo están haciendo muchas personas.
Tomado de centralamericablog.net
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