miércoles, 9 de julio de 2008

Preocupaciones del G8.

Los líderes de los ocho países más industrializados del mundo más Rusia (G-8) han expresado recientemente su fuerte preocupación acerca de los elevados precios de las materias primas, especialmente del petróleo y los alimentos. Ayer en su segundo día de conversaciones en Japón, el G-8 advirtió que estos incrementos imponen un serio desafío al crecimiento mundial estable y cuyas implicaciones para los países más vulnerables incrementan la presión inflacionaria.
Sin embargo, también han sido optimistas sobre la perspectiva económica global, por lo que esperan que las economías resistan y que en el futuro se retome el crecimiento, así como han logrado hacer los países emergentes. Sin embargo señalan que para poder enfrentar esta situación es necesario realizar esfuerzos concertados y con beneficio para todos. Entre las medidas más urgentes, resaltaron que, por el lado del suministro, la capacidad de producción y refinación deberían ser incrementadas en el corto plazo. En ese sentido, a solicitud de Inglaterra se ha convocado para el mes de septiembre próximo una reunión sobre eficiencia energética, la cual se realizará en Japón.
La idea sería promover planes de energía limpia y comercio de dióxido de carbono para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, además de reconocer la importancia de la producción sustentable de biocombustible. También se discutirá el rol de la energía renovable para frenar el cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, aunque no detallaron cómo promocionarían la energía renovable.
En cuanto a la crisis alimentaria, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que los altos precios de los alimentos ya están retrasando el reloj de los logros en el desarrollo e hizo un llamamiento a los líderes mundiales para que entreguen un rango completo de las necesidades inmediatas, incluyendo asistencia alimentaria y también fertilizantes y otros insumos para el ciclo de plantación de este año.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien también asistió a las charlas del lunes en Hokkaido, dijo que había una necesidad urgente de 10,000 millones de dólares para proveer alimentos y dinero en efectivo a los más pobres y para insumos de agricultura.
Como puede observarse el panorama no es tan positivo como lo quiere plantear el G8, lo que sí es que cierto es que son necesarios los esfuerzos conjuntos para poder enfrentar esta crisis de magnitud global, la cual aunque parece un poco extraño ha sido mejor abordada por los países en desarrollo que los países más desarrollados.

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