Nuevamente es jueves y quiero dedicarle un par de líneas al tema que ha robado espacio en el contexto mundial y hablo del conflicto que se ha presentado entre Georgia y Rusia. Al igual que lo hice hace unas semanas quiero decirles que no soy especialista en temas internacionales, pero me gusta mucho leer sobre estos temas y tratar de entender las razones e implicaciones que tienen a nivel mundial este tipo de efectos.
Desde ya quiero hacer mención que este artículo no pretende ser una cátedra de historia ni mucho menos, simplemente trataré de compartir un poco en mis propias palabras lo que he indagado y conversado con algunas personas que conocen o al menos tenían más elementos que me sirvieron un poco para redactar este pequeño artículo.
Según me explicaron, la guerra entre Georgia y Rusia no es un hecho aislado, más bien es parte de una historia conjunta entre ambos países y que data de hace varios años. Algunos expertos señalan que estos países tienen una historia que data desde el año 500 y que la cultura de Georgia cuenta con una cultura afianzada y riqueza cultural fuertemente ligada a Rusia. Pero al parecer la historia de Georgia ha sido un poco dura pues se ha visto enfrentada a diferentes períodos violentos, por ejemplo en el siglo XII, cuando el reino de los Bragatidos se convirtió en una de las principales fuerzas de la zona del Cáucaso, sufrió de múltiples ataques; en la edad media, también se vio afectado por catástrofes, pestes, invasiones de los turcos, los mongoles y los persas, lo cual además de destrucción causo muchos temores en los pobladores de Georgia.
Para ayudar a comprender un poco más el tema de la zona del Cáucaso, les comento que dicha región se localiza en el sudeste del continente europeo, entre el mar Negro y el mar Caspio, un puente entre Europa y Asia. En su parte sur coexisten tres países que recuperaron su independencia en 1991 tras la desintegración de la URSS: Armenia, Georgia y Azerbaiyán. La parte norte pertenece a Rusia y, en concreto, a siete repúblicas autónomas: Chechenia, Osetia del Norte, lngushetia, Daguestán, Kabardino-Balkaria, Karachevo-Cherkesia y Adiguea.
En la región caucásica viven unos 30 millones de personas. La población es predominantemente blanca, aunque existen más de 60 etnias diferentes. La religión mayoritaria es la cristiana ortodoxa, pero también hay muchos musulmanes, especialmente en Azerbaiyán.
El Cáucaso es una zona de numerosos conflictos étnicos y nacionalistas. Los principales enfrentamientos tienen lugar en el Cáucaso Norte a causa del deseo de independencia de algunas repúblicas, principalmente Chechenia; este conflicto, que dura ya 10 años, se ha extendido más allá de sus fronteras debido a los cientos de miles de refugiados y, también, por los atentados terroristas y la toma de rehenes civiles por parte de la guerrilla chechena. En el Cáucaso Sur, los principales conflictos están motivados por reivindicaciones territoriales, en particular la de Armenia por el territorio de Nagomi Karabaj, bajo dominio de Azerbaiyán, pero poblada por armenios.
Tanto Rusia como Estados Unidos consideran esta región como esencial para sus intereses estratégicos. El motivo: los hidrocarburos del mar Caspio. En torno al mar Caspio se albergan 25,000 millones de barriles de hidrocarburos. Las reservas de Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán igualan las de Kuwait y superan las de Alaska y el mar del Norte juntas. Por eso el control de esos yacimientos es tan importante. Actualmente, existe un oleoducto que va desde Bakú, vía Grozni, hasta la ciudad rusa de Tikhoretsk y termina en el puerto de Novorossiysk, en el mar Negro. Rusia intenta que el trazado de los nuevos oleoductos le sea también favorable, pero cada vez le resulta más difícil imponerse en la región.
Estados Unidos intenta convertir el Cáucaso en zona de influencia para hacerse del control del petróleo del mar Caspio y depender menos de Oriente Medio. Algunas multinacionales petrolíferas tienen ya proyectados varios oleoductos en la región. Georgia que comparte fronteras con Azerbaiyán, tiene gran interés estratégico para Estados Unidos porque a través de su territorio se puede conducir el petróleo del mar Caspio hasta los puertos de Turquía.
Luego de esa “breve” explicación de la importancia y ubicación de la zona del Cáucaso, continuamos con nuestro análisis original, el conflicto entre Georgia y Rusia. En seguimiento a la historia, los georgianos buscaron el apoyo y amparo de Rusia, es así que en el siglo XVIII durante la monarquía rusa se logró expandir sus fronteras hacia el sur y fue entonces cuando se enfrasco en una guerra con los turcos para liberar a Georgia entre otros territorios, al final entre 1787 y 1791, período en el cual se realizó dicha guerra, Georgia solicito el protectorado a Rusia, quién rápidamente lo anexo a su territorio, es así que en el año 1801 el Zar Alejandro I, declaro haber tomado bajo su protección al reino de Georgia, lo cual fue bien visto por los georgianos.
Durante todo este proceso, existieron territorios que mantuvieron su interés de ser parte de Rusia, sin embargo otros han buscado su independencia, por su parte Georgia ha enfrentado el problema que Osetia del sur ha manifestado abiertamente su intención de separarse de Georgia y anexarse a Rusia, incluso históricamente, los oseta entre los años 1919 y 1920 apoyaron a los rusos en su avance sobre Georgia. Como premio a la fidelidad de los osetas, los rusos le dieron en 1922 el rango de estado autonómico y a su vez en 1936 como parte de la reorganización estalinista, se creo la república soviética de Georgia, lo cual fue de especial interés para Stalin, considerando que él era originario de ese país.
Luego de la segunda guerra mundial, cuando Stalin enarboló las banderas del nacionalismo luego de vencer a Hitler, los osetas se vieron afectados y quedaron a merced del nacionalismo georgiano y el nacionalismo ruso, es así que Osetia en los años 80’s pidieron su reunificación con el norte de Osetia. Sin embargo, conforme pasaron los años, los osetas se encontraban en una situación precaria y en los años 90’s declaran su independencia a lo cual obviamente las autoridades de Georgia no accedieron y con el cambio de gobierno en el 2003 la situación se complico un poco considerando que el presidente Micheil Saakashvili manifestó su interés en recuperar la unidad territorial de Georgia, lo cual va en contra de los intereses de Osetia del sur, en este caso ha permitido un mayor enfrentamiento por las diferentes posiciones.
Teniendo en consideración estos “estira y encoge” al interior de Georgia, los cuales se han visto incrementados luego de su independencia de la antigua Unión Soviética en 1989, Osetia proclamó su independencia a inicios de los 90’s, lo cual no fue ratificado por el parlamento georgiano ni por ningún otro país del mundo, excepto Rusia considerando su objetivo de anexar posteriormente a Osetia. Al final, este intento de separación derivo en una guerra interna en Georgia que motivo a Rusia a enviar a la región tropas bajo el mando de la ONU y la Comunidad de los Estados Independientes (CEI, ex repúblicas soviéticas), en calidad de observadores de paz.
Luego de 20 años del conflicto, el ejército ruso dejo de ser un cuerpo de paz y se convirtió en el partícipe de los separatistas osetos lo que más de una ocasión ha generado enfrentamientos directos entre las tropas rusas y georgianas. La diferencia política ha evolucionado y ha pasado conforme los años a una guerra económica y hasta bloqueos terrestres, aéreos y marítimos, provenientes principalmente del Gobierno ruso.
Luego de todo este conjunto de acciones aisladas o vinculadas, el 7 de agosto recién pasado se despertó nuevamente la amenaza latente en Georgia cuando las tropas de ese país iniciaron un ataque armado contra la ciudad de Tsjinvali, el cual en principio es parte de un plan orquestado por el Gobierno para restablecer el régimen constitucional en el territorio separatista, el cual además ha sido una respuesta a los hostigamientos que habían recibido desde hace mucho tiempo por parte de los de Osetia del sur, detrás de la frontera imaginaria entre Osetia y Georgia, la cual había sido establecida durante la intervención de la ONU como parte de garantizar la paz en la zona.
Esta acción del Gobierno de Georgia fue calificado como una provocación y por ello abrieron fuego y origino el inicio del conflicto armado en donde la aviación rusa bombardeó pueblos cercanos a la capital del país, Tiflís. Para el 10 de agosto, ya se había proclamado el estado de guerra.
Pero vayamos un poco más allá de la guerra entre estos dos países, existirá algún interés particular sobre Osetia del sur o simplemente es el de protegerlos y anexarlos a Rusia. Según una noticia que encontré en internet hay que considerar también el tema petróleo, el cual si bien no se produce en Georgia, sí es una importante vía para mover petróleo y gas de países como Rusia y Azerbaiyán. Es más el actual presidente de Georgia, Mijail Saakashvili a favorecido a los Estados Unidos y a la misma Europa con la puesta en funcionamiento de nuevos conductos, es así que grupos estadounidenses como Chevron y Conoco han invertido más de $3,000 millones de dólares en proyectos de infraestructura de oleoductos y gaseoductos, en principio estas inversiones son parte de la estrategia de los Estados Unidos para reducir su dependencia del petróleo de los países del Medio Oriente.
Hasta ahora dicho conflicto fue una amenaza en los precios del petróleo al pensarse que por los bombardeos y la guerra misma podrían destruirse los conductos, afectando el suministro de petróleo, sin embargo, el impacto no fue significativo y de hecho no afecto la oferta mundial de dicho producto, también hay que recordar que muchos de los conductos son parte de inversiones rusas y obviamente no dañarían su “negocio”.
Ante esta crisis entre Georgia y Rusia, países como Estados Unidos y la misma Unión Europea reaccionaron casi inmediatamente sobre los hechos violentos haciendo llamados a la búsqueda de una solución pacifica, solicitando a Rusia un poco de más tranquilidad en su reacción.
Luego de intensos choques armados y muchas personas fallecidas, el intento de la Unión Europea por restablecer la paz en la zona del Cáucaso parece haber encontrado una respuesta positiva. Según el presidente de Francia Nicolas Sarkozy, el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, ha aceptado el plan europeo consensuado con Moscú, el cual incluye seis principios de alto al fuego y un arreglo pacífico del conflicto. Sin embargo no todo es “color de rosa”, al parecer por parte de Rusia existe la orden de responder a cualquier agreción en caso que se presente nuevamente en la zona.
El acuerdo logrado señala la renuncia al uso de la fuerza, el cese definitivo de acciones militares, el libre acceso a la ayuda humanitaria, el regreso de las fuerzas armadas de Georgia a su lugar de emplazamiento habitual, retiro de las tropas rusas a su línea tradicional, sin embargo las mismas no serán retiradas definitivamente hasta que se logre crear un mecanismo internacional que brinde seguridad en el área.
Entiendo que al final se pretende abrir un debate internacional para definir el futuro del estatus de la separatista Osetia del sur y determinar la vía que mejor garantice su seguridad. Por mi parte considero que habrá que esperar que los ánimos se tranquilicen y que la comunidad internacional pueda ayudar a estos países a resolver sus diferencias, sin embargo, sin ánimo de ser negativo considero que esto será una bomba de tiempo pues al final la historia podría repetirse quizás no en Osetia del Sur, sino en otros de los países que en algún momento fueron parte de la Unión Soviética y que aún mantienen “pequeños problemas” con Rusia, sino basta señalar que varios de los presidentes de países como Polonia, Lituania, Ucrania y el mismo Estados Unidos han respaldado al Gobierno de Georgia en una clara oposición a la respuesta armada por parte de Rusia.
Elaborar este artículo me ha tomado un poco más tiempo del pensado pero me parece que recoge de forma sencilla la información necesaria para lograr visualizar la dimensión que un pequeño conflicto puede generar.
Desde ya quiero hacer mención que este artículo no pretende ser una cátedra de historia ni mucho menos, simplemente trataré de compartir un poco en mis propias palabras lo que he indagado y conversado con algunas personas que conocen o al menos tenían más elementos que me sirvieron un poco para redactar este pequeño artículo.
Según me explicaron, la guerra entre Georgia y Rusia no es un hecho aislado, más bien es parte de una historia conjunta entre ambos países y que data de hace varios años. Algunos expertos señalan que estos países tienen una historia que data desde el año 500 y que la cultura de Georgia cuenta con una cultura afianzada y riqueza cultural fuertemente ligada a Rusia. Pero al parecer la historia de Georgia ha sido un poco dura pues se ha visto enfrentada a diferentes períodos violentos, por ejemplo en el siglo XII, cuando el reino de los Bragatidos se convirtió en una de las principales fuerzas de la zona del Cáucaso, sufrió de múltiples ataques; en la edad media, también se vio afectado por catástrofes, pestes, invasiones de los turcos, los mongoles y los persas, lo cual además de destrucción causo muchos temores en los pobladores de Georgia.
Para ayudar a comprender un poco más el tema de la zona del Cáucaso, les comento que dicha región se localiza en el sudeste del continente europeo, entre el mar Negro y el mar Caspio, un puente entre Europa y Asia. En su parte sur coexisten tres países que recuperaron su independencia en 1991 tras la desintegración de la URSS: Armenia, Georgia y Azerbaiyán. La parte norte pertenece a Rusia y, en concreto, a siete repúblicas autónomas: Chechenia, Osetia del Norte, lngushetia, Daguestán, Kabardino-Balkaria, Karachevo-Cherkesia y Adiguea.
En la región caucásica viven unos 30 millones de personas. La población es predominantemente blanca, aunque existen más de 60 etnias diferentes. La religión mayoritaria es la cristiana ortodoxa, pero también hay muchos musulmanes, especialmente en Azerbaiyán.
El Cáucaso es una zona de numerosos conflictos étnicos y nacionalistas. Los principales enfrentamientos tienen lugar en el Cáucaso Norte a causa del deseo de independencia de algunas repúblicas, principalmente Chechenia; este conflicto, que dura ya 10 años, se ha extendido más allá de sus fronteras debido a los cientos de miles de refugiados y, también, por los atentados terroristas y la toma de rehenes civiles por parte de la guerrilla chechena. En el Cáucaso Sur, los principales conflictos están motivados por reivindicaciones territoriales, en particular la de Armenia por el territorio de Nagomi Karabaj, bajo dominio de Azerbaiyán, pero poblada por armenios.
Tanto Rusia como Estados Unidos consideran esta región como esencial para sus intereses estratégicos. El motivo: los hidrocarburos del mar Caspio. En torno al mar Caspio se albergan 25,000 millones de barriles de hidrocarburos. Las reservas de Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán igualan las de Kuwait y superan las de Alaska y el mar del Norte juntas. Por eso el control de esos yacimientos es tan importante. Actualmente, existe un oleoducto que va desde Bakú, vía Grozni, hasta la ciudad rusa de Tikhoretsk y termina en el puerto de Novorossiysk, en el mar Negro. Rusia intenta que el trazado de los nuevos oleoductos le sea también favorable, pero cada vez le resulta más difícil imponerse en la región.
Estados Unidos intenta convertir el Cáucaso en zona de influencia para hacerse del control del petróleo del mar Caspio y depender menos de Oriente Medio. Algunas multinacionales petrolíferas tienen ya proyectados varios oleoductos en la región. Georgia que comparte fronteras con Azerbaiyán, tiene gran interés estratégico para Estados Unidos porque a través de su territorio se puede conducir el petróleo del mar Caspio hasta los puertos de Turquía.
Luego de esa “breve” explicación de la importancia y ubicación de la zona del Cáucaso, continuamos con nuestro análisis original, el conflicto entre Georgia y Rusia. En seguimiento a la historia, los georgianos buscaron el apoyo y amparo de Rusia, es así que en el siglo XVIII durante la monarquía rusa se logró expandir sus fronteras hacia el sur y fue entonces cuando se enfrasco en una guerra con los turcos para liberar a Georgia entre otros territorios, al final entre 1787 y 1791, período en el cual se realizó dicha guerra, Georgia solicito el protectorado a Rusia, quién rápidamente lo anexo a su territorio, es así que en el año 1801 el Zar Alejandro I, declaro haber tomado bajo su protección al reino de Georgia, lo cual fue bien visto por los georgianos.
Durante todo este proceso, existieron territorios que mantuvieron su interés de ser parte de Rusia, sin embargo otros han buscado su independencia, por su parte Georgia ha enfrentado el problema que Osetia del sur ha manifestado abiertamente su intención de separarse de Georgia y anexarse a Rusia, incluso históricamente, los oseta entre los años 1919 y 1920 apoyaron a los rusos en su avance sobre Georgia. Como premio a la fidelidad de los osetas, los rusos le dieron en 1922 el rango de estado autonómico y a su vez en 1936 como parte de la reorganización estalinista, se creo la república soviética de Georgia, lo cual fue de especial interés para Stalin, considerando que él era originario de ese país.
Luego de la segunda guerra mundial, cuando Stalin enarboló las banderas del nacionalismo luego de vencer a Hitler, los osetas se vieron afectados y quedaron a merced del nacionalismo georgiano y el nacionalismo ruso, es así que Osetia en los años 80’s pidieron su reunificación con el norte de Osetia. Sin embargo, conforme pasaron los años, los osetas se encontraban en una situación precaria y en los años 90’s declaran su independencia a lo cual obviamente las autoridades de Georgia no accedieron y con el cambio de gobierno en el 2003 la situación se complico un poco considerando que el presidente Micheil Saakashvili manifestó su interés en recuperar la unidad territorial de Georgia, lo cual va en contra de los intereses de Osetia del sur, en este caso ha permitido un mayor enfrentamiento por las diferentes posiciones.
Teniendo en consideración estos “estira y encoge” al interior de Georgia, los cuales se han visto incrementados luego de su independencia de la antigua Unión Soviética en 1989, Osetia proclamó su independencia a inicios de los 90’s, lo cual no fue ratificado por el parlamento georgiano ni por ningún otro país del mundo, excepto Rusia considerando su objetivo de anexar posteriormente a Osetia. Al final, este intento de separación derivo en una guerra interna en Georgia que motivo a Rusia a enviar a la región tropas bajo el mando de la ONU y la Comunidad de los Estados Independientes (CEI, ex repúblicas soviéticas), en calidad de observadores de paz.
Luego de 20 años del conflicto, el ejército ruso dejo de ser un cuerpo de paz y se convirtió en el partícipe de los separatistas osetos lo que más de una ocasión ha generado enfrentamientos directos entre las tropas rusas y georgianas. La diferencia política ha evolucionado y ha pasado conforme los años a una guerra económica y hasta bloqueos terrestres, aéreos y marítimos, provenientes principalmente del Gobierno ruso.
Luego de todo este conjunto de acciones aisladas o vinculadas, el 7 de agosto recién pasado se despertó nuevamente la amenaza latente en Georgia cuando las tropas de ese país iniciaron un ataque armado contra la ciudad de Tsjinvali, el cual en principio es parte de un plan orquestado por el Gobierno para restablecer el régimen constitucional en el territorio separatista, el cual además ha sido una respuesta a los hostigamientos que habían recibido desde hace mucho tiempo por parte de los de Osetia del sur, detrás de la frontera imaginaria entre Osetia y Georgia, la cual había sido establecida durante la intervención de la ONU como parte de garantizar la paz en la zona.
Esta acción del Gobierno de Georgia fue calificado como una provocación y por ello abrieron fuego y origino el inicio del conflicto armado en donde la aviación rusa bombardeó pueblos cercanos a la capital del país, Tiflís. Para el 10 de agosto, ya se había proclamado el estado de guerra.
Pero vayamos un poco más allá de la guerra entre estos dos países, existirá algún interés particular sobre Osetia del sur o simplemente es el de protegerlos y anexarlos a Rusia. Según una noticia que encontré en internet hay que considerar también el tema petróleo, el cual si bien no se produce en Georgia, sí es una importante vía para mover petróleo y gas de países como Rusia y Azerbaiyán. Es más el actual presidente de Georgia, Mijail Saakashvili a favorecido a los Estados Unidos y a la misma Europa con la puesta en funcionamiento de nuevos conductos, es así que grupos estadounidenses como Chevron y Conoco han invertido más de $3,000 millones de dólares en proyectos de infraestructura de oleoductos y gaseoductos, en principio estas inversiones son parte de la estrategia de los Estados Unidos para reducir su dependencia del petróleo de los países del Medio Oriente.
Hasta ahora dicho conflicto fue una amenaza en los precios del petróleo al pensarse que por los bombardeos y la guerra misma podrían destruirse los conductos, afectando el suministro de petróleo, sin embargo, el impacto no fue significativo y de hecho no afecto la oferta mundial de dicho producto, también hay que recordar que muchos de los conductos son parte de inversiones rusas y obviamente no dañarían su “negocio”.
Ante esta crisis entre Georgia y Rusia, países como Estados Unidos y la misma Unión Europea reaccionaron casi inmediatamente sobre los hechos violentos haciendo llamados a la búsqueda de una solución pacifica, solicitando a Rusia un poco de más tranquilidad en su reacción.
Luego de intensos choques armados y muchas personas fallecidas, el intento de la Unión Europea por restablecer la paz en la zona del Cáucaso parece haber encontrado una respuesta positiva. Según el presidente de Francia Nicolas Sarkozy, el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, ha aceptado el plan europeo consensuado con Moscú, el cual incluye seis principios de alto al fuego y un arreglo pacífico del conflicto. Sin embargo no todo es “color de rosa”, al parecer por parte de Rusia existe la orden de responder a cualquier agreción en caso que se presente nuevamente en la zona.
El acuerdo logrado señala la renuncia al uso de la fuerza, el cese definitivo de acciones militares, el libre acceso a la ayuda humanitaria, el regreso de las fuerzas armadas de Georgia a su lugar de emplazamiento habitual, retiro de las tropas rusas a su línea tradicional, sin embargo las mismas no serán retiradas definitivamente hasta que se logre crear un mecanismo internacional que brinde seguridad en el área.
Entiendo que al final se pretende abrir un debate internacional para definir el futuro del estatus de la separatista Osetia del sur y determinar la vía que mejor garantice su seguridad. Por mi parte considero que habrá que esperar que los ánimos se tranquilicen y que la comunidad internacional pueda ayudar a estos países a resolver sus diferencias, sin embargo, sin ánimo de ser negativo considero que esto será una bomba de tiempo pues al final la historia podría repetirse quizás no en Osetia del Sur, sino en otros de los países que en algún momento fueron parte de la Unión Soviética y que aún mantienen “pequeños problemas” con Rusia, sino basta señalar que varios de los presidentes de países como Polonia, Lituania, Ucrania y el mismo Estados Unidos han respaldado al Gobierno de Georgia en una clara oposición a la respuesta armada por parte de Rusia.
Elaborar este artículo me ha tomado un poco más tiempo del pensado pero me parece que recoge de forma sencilla la información necesaria para lograr visualizar la dimensión que un pequeño conflicto puede generar.
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