Es una pena que se haya cortado el avance de la selección en una Copa Oro muy “sui géneris” en donde pasan a la siguiente ronda ocho de los 12 equipos que la iniciaron, y donde el que eliminó a la Azul solo anotó solo un gol en tres partidos.
El Salvador jugó de mayor a menor la primera ronda que lo llevó de una costa a la otra de Estados Unidos en una semana. Después de haberlo dejado todo contra Costa Rica, el equipo no volvió a ser el mismo ni contra Canadá ni contra Jamaica en Miami. El desgaste físico pudo haber sido uno de los factores para que la selección no pudiera repetir dos buenos partidos y sus jugadores concatenar dos buenas actuaciones.
Es una lástima no haber llegado a cuartos de final con una semana entera de recuperación para volver a medir el nivel del equipo en un partido de eliminación directa. Contra Jamaica casi que lo fue y no estoy seguro que el planteo para asegurar el punto que clasificaba haya sido el idóneo. Pero eso, dicho desde afuera, acaso no condigna con la realidad con la que se encontraba Carlos De los Cobos de cara al partido; no por nada hizo los cambios que hizo desde un principio.
Ahora es tiempo de recuperar física y anímicamente al equipo —que se verá afectado por la sensible baja de Julio Martínez— para que llegue de la mejor manera al crucial duelo del 12 de agosto en Trinidad.
Por lo menos el grupo tuvo algo de continuidad y pudo descubrir sus falencias, a tiempo, mientras el rival del juego más importante de la hexagonal está parado, sin juegos de fogueo.
El Salvador jugó de mayor a menor la primera ronda que lo llevó de una costa a la otra de Estados Unidos en una semana. Después de haberlo dejado todo contra Costa Rica, el equipo no volvió a ser el mismo ni contra Canadá ni contra Jamaica en Miami. El desgaste físico pudo haber sido uno de los factores para que la selección no pudiera repetir dos buenos partidos y sus jugadores concatenar dos buenas actuaciones.
Es una lástima no haber llegado a cuartos de final con una semana entera de recuperación para volver a medir el nivel del equipo en un partido de eliminación directa. Contra Jamaica casi que lo fue y no estoy seguro que el planteo para asegurar el punto que clasificaba haya sido el idóneo. Pero eso, dicho desde afuera, acaso no condigna con la realidad con la que se encontraba Carlos De los Cobos de cara al partido; no por nada hizo los cambios que hizo desde un principio.
Ahora es tiempo de recuperar física y anímicamente al equipo —que se verá afectado por la sensible baja de Julio Martínez— para que llegue de la mejor manera al crucial duelo del 12 de agosto en Trinidad.
Por lo menos el grupo tuvo algo de continuidad y pudo descubrir sus falencias, a tiempo, mientras el rival del juego más importante de la hexagonal está parado, sin juegos de fogueo.
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