lunes, 28 de julio de 2008

El futuro del fútbol playa.

Hace unas semanas atrás los medios escritos, electrónicos y televisivos del país llenaban sus portadas y titulares señalando la hazaña lograda por la selección nacional de futbol playa de nuestro país, la cual durante su participación en la eliminatoria realizada en México dejó por fuera a selecciones de mayor tradición futbolera, hablando de futbol playa, en donde los Estados Unidos ha sido junto a México los que mayor presencia han tenido en los mundiales de esta especialidad de futbol.
Conforme fueron obteniéndose los detalles del logro de la selección salvadoreña fueron ganando notoriedad y admiración y no era para menos pues son un grupo de humildes trabajadores del mar que viven de la pesca y otras actividades cercanas a la playa lo cual le da un toque diferente al logro considerando que no habían recibido ni seguimiento y el apoyo necesario. La mal llamada “selección nacional” no era mas que un grupo de jóvenes residentes de la zona costera del departamento de Usulután, ubicados desde Puerto Parada hasta la Bahía de Jiquilisco, comprendiendo en ese tramo a muchas de las principales islas de esa zona, por lo que más que ser una selección nacional más bien diría que era una selección del departamento de Usulután, vestida con los colores nacionales, azul y blanco.
Más allá de que si era o no una selección nacional, el punto es que el logro era más del esfuerzo de este grupo de muchachos que aman y viven el futbol playa día a día. Con todos esos antecedentes, la población fue creándose una idea más amplia sobre este nuevo deporte y junto con la clasificación de la selección de futbol a la siguiente ronda para asistir al Mundial de Sudafrica hizo que todos los salvadoreños volvieran a creer en el futbol que por años no había dado ni una tan sola buena noticia.
Los fogueos de la selección playera continuaron e incluso se movieron de playa, dejaron las playas de Usulután por las playas de la Costa del Sol y otras de La Libertad, también lograron incluir a otros jóvenes que mostraron su interés de ser parte de esta selección y fue así que se incorporaron por lo menos a un par de jugadores nuevos. Como si fuera poco, se logró armar un viaje con encuentros internacionales en Costa Rica, en donde jugaron cinco partidos de los cuales creo que ganaron tres y perdieron dos o uno, no recuerdo con exactitud.
Las fechas para asistir al Mundial de futbol playa en Marsella, Francia, se fue acercando y los compañeros de grupo fueron presentados, nada menos tendríamos la suerte de enfrentar a Portugal, potencia en este tipo de torneos, Italia e Islas Salomón. Todo hacía pensar que la cita no sería fácil pues iniciábamos con Portugal, Italia y terminábamos con Islas Salomón, sin embargo, se guardaba la esperanza de hacer un buen papel dentro del Mundial y con suerte hasta ganar alguno de los partidos, por lo menos el último, con el supuesto rival más accesible.
Una vez inició el torneo, nuestra selección nacional fue vuelta a la realidad al perder frente a Portugal con un marcados de 8 a 2, al final no importó tanto la perdida sino la hazaña de anotar dos goles en un mundial y el contar con un guardameta que fue elogiado hasta por la misma FIFA. El segundo encuentro fue marcado nuevamente por una derrota, en esta ocasión sino me equivoco fue de 4 a 1, sin embargo el desempeño de la selección fue mejor y se guardó la esperanza de hacer algo mejor frente a Islas Salomón, al final la suerte estaba escrita, perdimos y junto con ello se cerró una parte del proceso, se volvió a la realidad y nos ha permitido reflexionar sobre el futuro de este deporte de playa.
Al final los aficionados salvadoreños hemos aprendido un poco más sobre el futbol playa, los medios televisivos entre ellos uno de los canales se tomo el tiempo para obtener los derechos del Mundial y transmitieron todos los partidos del mismo, con todo este cumulo de información se ha permitido fomentar discusiones en las oficinas, medios, colegios, etc, pero más allá de los resultados de esas charlas, la conclusión ha de llevarnos a pensar que más que contar con un buen grupo de jóvenes que disfrutan del futbol de playa, es necesario ser buenos no solo en los torneos de playa en vacaciones sino crear una infraestructura y un apoyo adecuado para crear una liga que permita desarrollar esta modalidad de futbol que hasta ahora pese a no contar con el apoyo necesario ha alcanzado grandes objetivos.
Con el regreso de la selección de playa al país, su entrenador y resto de miembros del equipo han regresado con más que postales y recuerdos en sus maletas de viaje, también traen en sus mentes una idea, un proyecto, la creación de una liga de futbol playa, la cual podrá promoverse a nivel nacional con la creación de unos ocho o diez equipos que pueden surgir de los departamentos que cuentan con playas en nuestro país, pero para ello faltan muchas cosas por hacer, lo principal, convencer a los titulares de la Federación de Futbol de El Salvador (FESFUT).
Según una nota publicada el pasado 25 de julio en un periódico nacional, el presidente de la FESFUT considera que “no es tan fácil hacer una liga, no es de la noche a la mañana; hay que entender que en el futbol playa vamos comenzando, dando los primeros pasos”, se supone que hay que tener paciencia e ir creciendo poco a poco. Al final señala también en dicha nota que “tener una liga va a facilitar la búsqueda de talentos, pero no nos podemos quedar esperando en formar una liga, nos va a comer el tiempo y vamos a echar a perder todo lo que ahorita hemos logrado”…esperemos que estos comentarios del Presidente no sean únicamente promesas sino que las mismas se concreten en acciones puntuales que permitan desarrollar el futbol playa.
Si ustedes me preguntan cual es mi expectativa sobre la selección de futbol playa, les diría que le deseo la mejor de la suerte, sin embargo, creo que más harían trabajando como lo han hecho hasta ahora, solos…pues en la actualidad la FESFUT no pasa su mejor momento, Presidente ha enfrentado problemas internos, la FIFA ha desconocido prácticamente a la institucionalidad futbolística, por señalar sólo algunos de los problemas que adolece la FESFUT, lo cual me lleva a pensar que el futbol de playa no tendrá un camino de rosas en su desarrollo.
Por el bien del futbol salvadoreño en general, espero equivocarme, sin embargo no quiero dejar de expresar mis expectativas al respecto.

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