Plan Marshall de 1947.
El Plan Marshall fue un plan de los Estados Unidos para la reconstrucción de los países después de la Segunda Guerra Mundial. La iniciativa recibió el nombre del Secretario de Estado de los Estados Unidos George Marshall y fue diseñado principalmente por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
El plan de reconstrucción se desarrolló en una cumbre en julio de 1947. La Unión Soviética de ese entonces y los Estados de la Europa del Este también fueron invitados, pero vieron en el plan una amenaza y no participaron. El plan tuvo una vigencia de cuatro años fiscales a partir del verano de 1947 y durante este periodo, los estados europeos que ingresaron en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recibieron un total de 13 mil millones de dólares de la época.
Una vez completado el plan, la economía de todos los países participantes, excepto la República Federal Alemana, había superado los niveles de antes de la guerra y en las dos décadas siguientes, Europa Occidental alcanzó un crecimiento y una prosperidad sin precedentes. El Plan Marshall también es visto como uno de los elementos que impulsó la unificación europea, ya que eliminó los aranceles y creó instituciones para coordinar la economía a nivel europeo. Además de las consecuencias relacionadas directamente con la economía de los países receptores de ayudas, una consecuencia directa fue la introducción sistemática de técnicas de gestión de inspiración estadounidense.
Plan Marshall de 2008.
Recientemente las Naciones Unidas han manifestado su interés de retomar los principios del Plan Marshall de 1947 y reforzar el control del mercado internacional, lo cual a criterio de la ONU, sería una opción para combatir la actual inseguridad económica, según las principales propuestas del "Estudio Económico y Social Mundial 2008" presentado esta semana en Nueva York.El informe, realizado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA), hace un repaso de la situación económica global y emite recomendaciones para superar las actuales crisis. Uno de los aspectos en los que más se centra es la crisis debida al incremento del precio de los alimentos y del petróleo.
La situación, junto con la inestabilidad en el empleo, supone, según el informe, uno de los principales problemas en la seguridad global. Un ejemplo son las protestas que hubo en varios países contra el incremento de precios. La inseguridad económica, remarca el informe, no sólo ocurre en los países en desarrollo, sino también en los desarrollados, como la crisis en el mercado de la vivienda que padece Estados Unidos.
Según la ONU, el mercado no proporcionó los "niveles deseados de seguridad económica". Por ello propone que se replanteen las políticas económicas y que los gobiernos tengan una parte más activa en el mercado financiero, con un incremento de la regulación y medidas fiscales.
Por otro lado, pide que se refuerce la cooperación internacional para asegurar una economía más estable para todos. En este sentido, el informe insta a renovar, por un lado, el sistema de Bretton Woods, de donde surgieron el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Por otro, pide volver a los principios de un Plan Marshall que ayude a reconstruir, a largo plazo, las regiones afectadas por conflictos y desastres naturales. El informe apunta que, respecto a los años 70, los desastres naturales se multiplicaron por cuatro entre los años 2000 y 2006. Esto supuso unos daños económicos de $83,000 millones de dólares de promedio cada año, una cifra siete veces superior a la de los años 70.
El informe defiende el Plan Marshall que se puso en marcha en Europa después de la Segunda Guerra Mundial porque creó "un marco más realista y paciente" para la reconstrucción que el que existe actualmente. A su parecer, las actuales ayudas internacionales en zonas que padecen conflictos se reducen rápidamente. El documento de la ONU recuerda que mientras el Plan Marshall establecía planes a largo plazo, unos cinco años, las actuales ayudas sólo alcanzan uno o dos años.
Algunas conclusiones.
Quizás para muchos de ustedes no les suene mucho el tema del Plan Marshall, pero a cualquier europeo le debería de generar al menos sentimientos de agradecimiento por los esfuerzos que se realizaron a través de este Plan para rescatar a muchas economías europeas de la sería crisis que vivían en aquellos momentos de guerra mundial.
En caso de existir un verdadero interés por parte de las Naciones Unidas por revivir aquel espíritu de cooperación con el cual se apoyó el restablecimiento y desarrollo de las economías europeas, bien valdría la pena que se tome la palabra por lo menos en Centroamérica y buscar convertir este momento de crisis mundial en una enorme oportunidad para aprovechar el apoyo de Naciones Unidas.
El reto será grande para los países que no han hecho su tarea de identificar sus necesidades y proyectos de mediano y largo plazo, quisiera creer que Centroamérica se encuentra medianamente preparada y lista para tomarle la palabra a Naciones Unidas y comenzar a cabildear los apoyos necesario para concretar una nueva versión del Plan Marshall.
El Plan Marshall fue un plan de los Estados Unidos para la reconstrucción de los países después de la Segunda Guerra Mundial. La iniciativa recibió el nombre del Secretario de Estado de los Estados Unidos George Marshall y fue diseñado principalmente por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
El plan de reconstrucción se desarrolló en una cumbre en julio de 1947. La Unión Soviética de ese entonces y los Estados de la Europa del Este también fueron invitados, pero vieron en el plan una amenaza y no participaron. El plan tuvo una vigencia de cuatro años fiscales a partir del verano de 1947 y durante este periodo, los estados europeos que ingresaron en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recibieron un total de 13 mil millones de dólares de la época.
Una vez completado el plan, la economía de todos los países participantes, excepto la República Federal Alemana, había superado los niveles de antes de la guerra y en las dos décadas siguientes, Europa Occidental alcanzó un crecimiento y una prosperidad sin precedentes. El Plan Marshall también es visto como uno de los elementos que impulsó la unificación europea, ya que eliminó los aranceles y creó instituciones para coordinar la economía a nivel europeo. Además de las consecuencias relacionadas directamente con la economía de los países receptores de ayudas, una consecuencia directa fue la introducción sistemática de técnicas de gestión de inspiración estadounidense.
Plan Marshall de 2008.
Recientemente las Naciones Unidas han manifestado su interés de retomar los principios del Plan Marshall de 1947 y reforzar el control del mercado internacional, lo cual a criterio de la ONU, sería una opción para combatir la actual inseguridad económica, según las principales propuestas del "Estudio Económico y Social Mundial 2008" presentado esta semana en Nueva York.El informe, realizado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA), hace un repaso de la situación económica global y emite recomendaciones para superar las actuales crisis. Uno de los aspectos en los que más se centra es la crisis debida al incremento del precio de los alimentos y del petróleo.
La situación, junto con la inestabilidad en el empleo, supone, según el informe, uno de los principales problemas en la seguridad global. Un ejemplo son las protestas que hubo en varios países contra el incremento de precios. La inseguridad económica, remarca el informe, no sólo ocurre en los países en desarrollo, sino también en los desarrollados, como la crisis en el mercado de la vivienda que padece Estados Unidos.
Según la ONU, el mercado no proporcionó los "niveles deseados de seguridad económica". Por ello propone que se replanteen las políticas económicas y que los gobiernos tengan una parte más activa en el mercado financiero, con un incremento de la regulación y medidas fiscales.
Por otro lado, pide que se refuerce la cooperación internacional para asegurar una economía más estable para todos. En este sentido, el informe insta a renovar, por un lado, el sistema de Bretton Woods, de donde surgieron el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Por otro, pide volver a los principios de un Plan Marshall que ayude a reconstruir, a largo plazo, las regiones afectadas por conflictos y desastres naturales. El informe apunta que, respecto a los años 70, los desastres naturales se multiplicaron por cuatro entre los años 2000 y 2006. Esto supuso unos daños económicos de $83,000 millones de dólares de promedio cada año, una cifra siete veces superior a la de los años 70.
El informe defiende el Plan Marshall que se puso en marcha en Europa después de la Segunda Guerra Mundial porque creó "un marco más realista y paciente" para la reconstrucción que el que existe actualmente. A su parecer, las actuales ayudas internacionales en zonas que padecen conflictos se reducen rápidamente. El documento de la ONU recuerda que mientras el Plan Marshall establecía planes a largo plazo, unos cinco años, las actuales ayudas sólo alcanzan uno o dos años.
Algunas conclusiones.
Quizás para muchos de ustedes no les suene mucho el tema del Plan Marshall, pero a cualquier europeo le debería de generar al menos sentimientos de agradecimiento por los esfuerzos que se realizaron a través de este Plan para rescatar a muchas economías europeas de la sería crisis que vivían en aquellos momentos de guerra mundial.
En caso de existir un verdadero interés por parte de las Naciones Unidas por revivir aquel espíritu de cooperación con el cual se apoyó el restablecimiento y desarrollo de las economías europeas, bien valdría la pena que se tome la palabra por lo menos en Centroamérica y buscar convertir este momento de crisis mundial en una enorme oportunidad para aprovechar el apoyo de Naciones Unidas.
El reto será grande para los países que no han hecho su tarea de identificar sus necesidades y proyectos de mediano y largo plazo, quisiera creer que Centroamérica se encuentra medianamente preparada y lista para tomarle la palabra a Naciones Unidas y comenzar a cabildear los apoyos necesario para concretar una nueva versión del Plan Marshall.
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