Aparentemente el Presidente Ortega se encuentra tomando un protagonismo parecido al del Presidente de Venezuela, incluso diría que trata de llamar la atención con decisiones que ni el mismo Chávez ha realizado, sí, recientemente el Gobierno Nicaraguense hizo el anuncio del reconocer la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.
Lo curioso de todo esto es que Nicaragua ha aparecido en el contexto internacional al convertirse en apenas el segundo país en otorgar reconocimiento internacional a estas regiones separatistas georgianas, después de que Rusia lo hiciera el pasado 25 de agosto, en el caso de Rusia es comprensible el interés por reconocer la independencia de Osetia del Sur y Adjasia, pero Nicaragua, que tiene que hacer en un conflicto al otro lado del mundo y sin ningún interés particular.
Como era lógico, la decisión fue consultada con el Viceministro de Relaciones Exteriores, Manuel Coronel Kautz, quien explicó que Nicaragua coincidía con Rusia en que la voluntad de las autoridades surosetas y abjasas reflejaba "una decisión soberana", que tenía que ser respetada, la primera pregunta que se me viene a la mente es sí a Nicaragua se le estuviera separando la Región Atlántica, por ejemplo, le gustaría que otros países apoyaran esa independencia…muy probablemente no les gustaría, sino, porque no se han pronunciado por los intentos de separación que se han vivido en Bolivia…será porque son parte del grupo de amigos del Presidente Chávez? y por ende no se puede ir en contra de ellos.
El Viceministro argumenta que dado que Osetia fue agredida, no se puede estar fuera del lado de la justicia y además, son viejos amigos de Rusia, desde la época en que era la Unión Soviética. Nicaragua considera que estos problemas en Osetia tienen que ver con Estados Unidos pues quiere poner un "un cerco a Rusia y desestabilizar a los países que no le son sumisos".
Sin embargo, para Javier Meléndez, director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), la decisión de Nicaragua sí está estrechamente vinculada al posicionamiento de otras naciones, y más específicamente de Venezuela, quien lo ve más como una “solidaridad obligada”, es una especie de “cadena de amistad”. Algunos consideran que la decisión de Nicaragua fue apresurada, porque en el fondo este conflicto es la manifestación de una nueva forma de lucha entre la antigua Unión Soviética versus los Estados Unidos y la misma Unión Europea.
Para el director del IEEPP la posición de la administración Ortega también se explica por una profunda "añoranza ideológica" que impediría un análisis desapasionado de la decisión. "Es la reacción típica del gobierno del presidente Ortega ante cualquier situación en la política internacional que huela a anti Estados Unidos", señaló. Y para Meléndez, cuando se trata de antagonizar a los EE.UU., Ortega rara vez piensa en las posibles consecuencias, sino veamos el ejemplo del apoyo a las FARC, su alineación con Irán, entre otras.
Si de algo le sirve al Presidente Ortega, las autoridades de Osetia del Sur y Abjasia ya expresaron su agradecimiento público al presidente nicaragüense, y señalaron que hay "indicios" de que otros países latinoamericanos, como Cuba, podrían seguir su ejemplo. En declaraciones divulgadas por la agencia EFE, el titular de Exteriores en funciones de Osetia del Sur, Murat Dzhióyev, calificó la declaración de Ortega de "muy importante" e invitó a otros países a seguir su ejemplo. Mientras, Serguéi Shamba, jefe de la diplomacia de Abjasia, informó que las autoridades abjasas ya estaban traduciendo al español un documento en el que solicitarán a Nicaragua el establecimiento de relaciones diplomáticas.
A nivel nacional, el anuncio del presidente Ortega no genero ninguna reacción entre los líderes de la oposición y tampoco fue destacado por los medios de comunicación nacionales. Pero la gran pregunta es ¿Qué gana Nicaragua con esto?. Según un diputado de oposición no le ve ningún beneficio inmediado, más bien es un interés puramente de protagonismo internacional.
En principio comparto la opinión expresada por el diputado nicaragüense pues el tema de Osetia del Sur y Abjasia no representa un punto de agenda para países como Nicaragua, especialmente si consideramos que ya existen suficientes temas de agenda nacional que requieren una posición clara y firme para superar problemas de inflación, desempleo o simplemente un buen proceso de gobernanza que creo le hace falta a Nicaragua.
Lo curioso de todo esto es que Nicaragua ha aparecido en el contexto internacional al convertirse en apenas el segundo país en otorgar reconocimiento internacional a estas regiones separatistas georgianas, después de que Rusia lo hiciera el pasado 25 de agosto, en el caso de Rusia es comprensible el interés por reconocer la independencia de Osetia del Sur y Adjasia, pero Nicaragua, que tiene que hacer en un conflicto al otro lado del mundo y sin ningún interés particular.
Como era lógico, la decisión fue consultada con el Viceministro de Relaciones Exteriores, Manuel Coronel Kautz, quien explicó que Nicaragua coincidía con Rusia en que la voluntad de las autoridades surosetas y abjasas reflejaba "una decisión soberana", que tenía que ser respetada, la primera pregunta que se me viene a la mente es sí a Nicaragua se le estuviera separando la Región Atlántica, por ejemplo, le gustaría que otros países apoyaran esa independencia…muy probablemente no les gustaría, sino, porque no se han pronunciado por los intentos de separación que se han vivido en Bolivia…será porque son parte del grupo de amigos del Presidente Chávez? y por ende no se puede ir en contra de ellos.
El Viceministro argumenta que dado que Osetia fue agredida, no se puede estar fuera del lado de la justicia y además, son viejos amigos de Rusia, desde la época en que era la Unión Soviética. Nicaragua considera que estos problemas en Osetia tienen que ver con Estados Unidos pues quiere poner un "un cerco a Rusia y desestabilizar a los países que no le son sumisos".
Sin embargo, para Javier Meléndez, director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), la decisión de Nicaragua sí está estrechamente vinculada al posicionamiento de otras naciones, y más específicamente de Venezuela, quien lo ve más como una “solidaridad obligada”, es una especie de “cadena de amistad”. Algunos consideran que la decisión de Nicaragua fue apresurada, porque en el fondo este conflicto es la manifestación de una nueva forma de lucha entre la antigua Unión Soviética versus los Estados Unidos y la misma Unión Europea.
Para el director del IEEPP la posición de la administración Ortega también se explica por una profunda "añoranza ideológica" que impediría un análisis desapasionado de la decisión. "Es la reacción típica del gobierno del presidente Ortega ante cualquier situación en la política internacional que huela a anti Estados Unidos", señaló. Y para Meléndez, cuando se trata de antagonizar a los EE.UU., Ortega rara vez piensa en las posibles consecuencias, sino veamos el ejemplo del apoyo a las FARC, su alineación con Irán, entre otras.
Si de algo le sirve al Presidente Ortega, las autoridades de Osetia del Sur y Abjasia ya expresaron su agradecimiento público al presidente nicaragüense, y señalaron que hay "indicios" de que otros países latinoamericanos, como Cuba, podrían seguir su ejemplo. En declaraciones divulgadas por la agencia EFE, el titular de Exteriores en funciones de Osetia del Sur, Murat Dzhióyev, calificó la declaración de Ortega de "muy importante" e invitó a otros países a seguir su ejemplo. Mientras, Serguéi Shamba, jefe de la diplomacia de Abjasia, informó que las autoridades abjasas ya estaban traduciendo al español un documento en el que solicitarán a Nicaragua el establecimiento de relaciones diplomáticas.
A nivel nacional, el anuncio del presidente Ortega no genero ninguna reacción entre los líderes de la oposición y tampoco fue destacado por los medios de comunicación nacionales. Pero la gran pregunta es ¿Qué gana Nicaragua con esto?. Según un diputado de oposición no le ve ningún beneficio inmediado, más bien es un interés puramente de protagonismo internacional.
En principio comparto la opinión expresada por el diputado nicaragüense pues el tema de Osetia del Sur y Abjasia no representa un punto de agenda para países como Nicaragua, especialmente si consideramos que ya existen suficientes temas de agenda nacional que requieren una posición clara y firme para superar problemas de inflación, desempleo o simplemente un buen proceso de gobernanza que creo le hace falta a Nicaragua.
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